A manera de reflexión, déjeme preguntarle si usted mide el tiempo o lo cuenta; si usted disfruta de su vida o vive aprisionado en lo que el reloj marca a cada segundo. Y es que resulta contradictorio mencionar que un humilde periodista de relojes esté tan peleado con las horas, los minutos, los segundos, hasta que se sincera con usted y le invita a vivir su vida en instantes.
Cambie su calendario por historias, por ratos de júbilo con sus seres queridos, y por esos increíbles instantes en los que se siente feliz, dichoso.
Si bien Patek Philippe nos ha enseñado que el valor esencial de sus relojes está ligado a la precisión, también nos invita a reflexionar en lo que el tiempo significa para ellos: una eternidad. Es por ello que construyen piezas como ésta, que pertenece a la legitimidad máxima de los relojes calendario.
En los últimos meses, este nuevo calendario perpetuo ha emocionado a los coleccionistas debido a su atractiva estética inspirada en los años 40-50. Y es que ahora su configuración presenta dos aperturas en la carátula dispuestas para mostrar el día de la semana y el mes; una más hará lo propio con la fase lunar en punto de las 6 h y estará custodiada por una aguja que indica la fecha. Asimismo, la indicación día/noche aparece de manera sutil a las 7:30 h y una apertura a las 4:30 h pondrá en evidencia la indicación de año bisiesto.
Por fuera
El aspecto es puro, es un reloj vintage de Patek Philippe Patek vintage, se trata de una genial combinación de calendarios de la marca de años anteriores, bien lograda y aterrizada. La caja se extiende hasta los 40 mm de diámetro y está disponible únicamente en oro blanco. Toda ella es producto de un sólido bloque estampado, que exhibe la verticalidad de la marca. En cuanto a la carátula, luce un color crema envejecido, mismo que le imprime ese espíritu de glorioso pasado tan apreciado hoy día. Los números árabes, que recuperan las indicaciones de un reloj de aviación, son aplicados a mano y muestran puntos dotados de tratamiento luminiscente para descubrirse en cualquier condición de luz. En cuanto a las agujas, se exponen protagonistas y fáciles de leer, en total armonía con el color del dial. Los maestros de la Casa ginebrina han optado por un cristal de zafiro tipo box, un cristal abombado que sobresale claramente del bisel. El estilo vintage contemporáneo de este reloj, se combina con un brazalete de piel de cocodrilo color marrón chocolate brillante, cosido a mano y forrado, con certificado CITES (protección de las especies en peligro de extinción) y cierre desplegable con cruz de Calatrava de oro blanco de 18 quilates.
Mecánica
El movimiento lleva por nombre 324SQ: S de segundo, Q de Quantième o Calendario, es visible a través del fondo de la caja, y se trata de un motor automático con 367 componentes y rotor de oro sólido. Finamente detallado, en su interior posee una rueda de balance Gyromax® y espiral Spiromax® (en Silinvar®). Este calibre es una versión del mítico 324, la principal novedad reside en el módulo de calendario perpetuo, colocado en el lado de la carátula y equipado con cuatro discos giratorios adicionales para las visualizaciones en ventanilla: día (una rotación por semana), mes (una rotación al año), ciclo de los años bisiestos (una rotación cada ocho años) y día/noche (una rotación al año). El disco de las fases de Luna, situado detrás del calendario por aguja en posición de las 6 h, funciona con la misma extrema precisión que todas las indicaciones de fases de Luna Patek Philippe modernas, y solo necesita una corrección de un día cada 122 años.