La relojería es un arte, así lo describimos quienes nos dedicamos a esta rama editorial, pero mayormente quienes realizan las disciplinas del quehacer relojero. Elevamos el concepto de este “negocio” porque lo es.
La Alta Relojería dejó de ser considerada una industria más desde la década de los 70 con la famosa crisis del cuarzo, cuando surgió un tipo de reloj más accesible y preciso. Este fenómeno debió de enterrar el quehacer de la relojería artesanal desde el punto de vista del raciocinio humano pero…
…No lo hizo porque nadie puede explicar la emoción de un coleccionista que recibe un repetidor de minutos y lo escucha por primera vez; o la dedicación de una esmaltadora trabajando en la carátula de una pieza única; qué decir de la genialidad mecánica al ensamblar un sistema de fuerza constante o un cronógrafo. O la velocidad a la que vuela la mente de un director de R&D cuando imagina nuevas posibilidades tras descubrir una nueva aleación.
La relojería es un arte
Si la escultura es arte, entonces la caja de un Grandmaster Chime lo es; si la pintura, entonces una carátula de Anita Porchet, también. Y si hablamos de música, una grande sonnerie con timbres Westminster tiene todas las cartas para fundirse con el arte. La arquitectura de un movimiento esqueletado, la animación de los jaquemarts en un Jaquet Droz como sinónimo de danza o hasta el recurso de un genio literario que cita en sus novelas algún reloj de un personaje histórico. Sí, la relojería es un arte, por ello quise presentar los movimientos artísticos mayormente reconocidos y emparejarlos con dignos representantes de la relojería.
Renacimiento – Panerai homenaje a Galileo Galilei
El periodo renacentista comprendió los siglos XIV hasta el XVII, y la evolución en el pensamiento del ser humano nos invita a enfocarnos en: Rafael, Miguel Ángel y, por supuesto, Leonardo da Vinci. El equilibrio, la perspectiva y el sello griego e italianos de esta corriente tuvieron inspiración humanista y una ejecución armónica. Cada obra respondía a las proporciones correctas de las cosas, ya sea en tamaño real o a perfecta escala.
Hacia finales del siglo XVII la relojería estaba enfocada a mecanismos de torre, pero surgió un reloj de péndulo diseñado por Galileo Galilei en 1637, pese a no ser completado. En 2019 Panerai decidió retomar los planos y realizar un homenaje de Edición Limitada a 30 piezas dentro de su línea Lo Scienziato dedicada al genio de Toscana, quien descubrió las bases del isocronismo y el péndulo como unidad de tiempo para formar la base de la relojería mecánica. El reloj mide 35.6 x 18.5 cm y se basa en el diseño posterior de Eustachio Porcellotti (1887).
Barroco – Patek Philippe Grandmaster Chime / Bvlgari Barocko
Posterior al Renacimiento, las obras fueron mucho más extravagantes y pintores como Caravaggio o Rembrandt lo representaron. Obras como el Palacio Real de Berlín o la escultura Apolo y las Ninfas, describen los claroscuros y contornos dinámicos que van desde intrincados tallados, hasta columnas majestuosas.
El reloj de pulsera más complicado fabricado por Patek Philippe en la historia –con 20 complicaciones y 1,366 componentes– está albergado en una caja de 214 piezas, la cual ha sido finamente trabajada mano por los artesanos de la Casa en cada una de sus caras. Cuernos, carrura, pulsadores, corona, e incluso el broche de la correa han sido decorados manualmente mediante un patrón de flores de olivo.
Barocko de Bvlgari se presentó este 2020 posterior al lanzamiento de la línea homónima de joyería. Tres piezas: Lady Arabesque, Octo Roma Arabesque y Serpenti Misteriosi Baroque Pearls, han sido desarrollados bajo el estilo barroco italiano.
Realismo – G.F. Roskopf
Tras la Revolución de 1848 en Francia, Europa se centró en la realidad de los paisajes. Los artistas dejaron de pintar e ilustrar a la nobleza y el clero para enfocarse en escenas de la vida cotidiana. Gustav Courbet, Jean-François Millet y otros artistas adoptaron esta forma de expresión.
Por su parte Georges Frederic Roskopf, apodado el relojero de los pobres, desarrolló –a mediados de 1850– el reloj homónimo “Roskopf”, también conocido como el reloj del proletariado. No estaba hecho de oro, plata o metales preciosos. Simplificó el movimiento hasta 57 piezas. Fácil de fabricar y totalmente robusto, fue un éxito comercial que democratizó la relojería a la clase media.
Impresionismo y post-impresionismo – Urwerk, De Bethune y MB&F
Buscó romper con las barreras del realismo en cuanto a la técnica y el empleo del color y sus combinaciones. Monet, Renoir, Alfred Sisley y Frédéric Bazille iniciaron el movimiento en la Francia de 1860. Sus obras resultaron poco apreciadas para la época, tanto que el post-impresionismo fue más allá y comenzó a emplear otros elementos como el simbolismo para unificarlos en con un nuevo estilo. Del post-impresionismo, Vincent van Gogh es el artista más reconocido. El neerlandés dotó de cualidades emocionales al paisaje y las sumó con las propias bajo su concepción de la vida.
Estas tres marcas indie son bien apreciadas en nuestro tiempo y tuvieron el valor de modificar la visión relojera; de dar un significado diferente y sin “corbatas”. Prácticamente sin reglas, pero respetan y elevan al máximo el arte de la relojería mecánica. Naves espaciales, figuras inspiradas en los ojos de una rana e incluso sistemas de engranaje planetario para la indicación del tiempo, forman parte de un nivel de insurrección que fascina a los coleccionistas contemporáneos. MB&F con sus Legacy Machines, incluso imagina lo que soñaba un niño hace 200 años.
Cubismo – GP Laureato Perpetual Calendar / Ulysse Nardin Freak
Durante el siglo XX surgió un estilo de arte extremo, revolucionario, que marcaría un parteaguas en el tiempo. Pablo Picasso y Georges Braque fueron sus principales exponentes y precursores. Utilizaban formas geométricas para el desarrollo de la composición final fragmentada y abstracta. La paleta de colores fue básica y bidimensional, pues no utilizaba sombras y rompió por completo con la perspectiva estándar proveniente del renacimiento.
Girard-Perregaux Laureato nació en 1975 como una propuesta al fenómeno sport chic de formas geométricas. El modelo QP está apegado a los códigos de los años 70 y, pero en este ejemplo pierde el respeto a la posición tradicional de las complicaciones del calendario perpetuo. Día de la semana y fechador –por aguja– varían en proporción causando un desequilibrio visual, al tiempo que el indicador del mes se propone a la altura baja del dial. Casi como dibujando una sonrisa.
Freak nació en 2001 producto de la genial locura de Ulysse Nardin, presentó el silicio como material revolucionario y además de un sistema de ajuste diferenciado. La indicación de los minutos mediante el movimiento mismo fue una revolución. La extracción de elementos y recolocación nos invitan a pensar en las perspectivas del cubismo.
Surrealismo – Crash de Cartier
La imaginación por encima de todo. El movimiento comenzó con un grupo de artistas que adoptaron el automatismo, técnica que dependía del subconsciente para liberar la creatividad. Sin restricción de la realidad, sus obras mezclan elementos convencionales con poco realistas y crean con ello tensión en lo imaginable. Sus principales exponentes fueron René Maritte, Max Ernst y, por supuesto, Salvador Dalí, quien trazó el famoso reloj blando (La persistencia de la memoria).
La leyenda del Crash de Cartier apunta que Jean-Jacques Cartier, jefe de la marca en Londres, se inspiró en un reloj Baignoire que llegó a reparación en 1967. El reloj había estado involucrado en un accidente automovilístico y fue expuesto al fuego, por lo que adquirió una forma sumamente particular que cautivó a la Maison.
Modernismo – Vacheron Constantin Historiques Americain / Patek Philippe Astronomical Pocket Watch
También conocido art nouveau, fue una corriente de renovación artística desarrollada hacia finales de 1800 y principios del siglo XX durante el periodo conocido como fin de siècle, belle époque. Se buscaba crear un tipo de arte nuevo, fresco, joven, moderno y libre. Se empleaban novedades de la revolución industrial como el acero o el cristal y la principal inspiración fueron las formas de la naturaleza. Sus principales exponentes fueron Aubrey Beardsley, Alfons Mucha, Jan Rembowski, Gustav Klimt y Antoni Gaudí, sin dejar de mencionar al gran Louis Comfort Tiffany.
La relojería también tomó inspiración del art nouveau, con ejemplos claros en la relojería de los años 20. El reloj de bolsillo de Patek Philippe perteneció al magnate de la industria automotriz James Ward Packard, está finamente decorado a mano por cada ángulo visible con patrones de inspiración natural y elegantes curvas. Un efecto similar sucede en el original reloj de Vacheron Constantin presentado en 1921. Totalmente propositivo, la reorientación de la corona facilitó la lectura del tiempo según la posición natural de la muñeca. Sus numerales estilizados, el trabajo de la caja y sus líneas curvas, son inspiración de la suntuosidad de la belle époque.
Bauhaus – Porsche Design Timepieces
Staatliche Bauhaus fue la escuela de arquitectura, diseño, artesanía y arte fundada en Weimar, Alemania, por Walter Gropius. La frase “la forma sigue a la función” revolucionó y sentó las bases del diseño industrial y la arquitectura moderna. Sus principales características son la limpieza de los trazos en función de lo racional. Los exponentes principales de esta escuela fueron Wassily Kandinsky, Lyonel Feininger, Lilly Reich, entre otros. Este movimiento alcanzó diferentes industrias, como la automotriz y claro, la relojería.
Porsche adoptó la filosofía mediante tres pilares básicos de: innovación, atemporalidad y sinceridad. La marca alemana no busca transformaciones radicales, sino el retorno a lo esencial y así lo refleja Porsche Design Timepieces, como la visión de su fundador Ferdinand Alexander Porsche. Sus relojes están inspirados en el tablero de un vehículo que busca ser funcional antes que seductor a la vista, y por ello cumple ambos propósitos al máximo.
Art-Déco – Reverso de Jaeger-LeCoultre
Movimiento de diseño que se popularizó a partir de la década de los 20 y hasta 1950. Influyó a las artes decorativas, las artes visuales, la arquitectura, el grabado y la estructura. Sus orígenes provienen de la Exposición Universal de 1900 en París, cuando un grupo de artistas franceses formaron un colectivo dedicado a las artes decorativas de vanguardia. El término art déco se acuñó hasta 1966. El Edificio Chrysler de Nueva York, el Ayuntamiento de Buffalo, el Edificio El Moro de la Ciudad de México (Torre de la Lotería Nacional) o el Empire State, son muestra del art déco.
Reverso: durante un viaje a la India, el coleccionista y empresario suizo César Trey, asistió a un partido de polo entre oficiales británicos. Uno de ellos rompió el cristal de su reloj y retó a César a desarrollar una pieza que resistiera la rudeza de este deporte.
Mr. Trey buscó entonces a su amigo Jacques-David LeCoultre y él, por su parte, solicitó a René-Alfred Chauvot una solución práctica que consistió en deslizar la caja y voltearla para finalmente cubrir la carátula con el fondo de la misma. Chauvot acudió al Instituto Nacional de la Propiedad de París el 4 de mayo de 1931.
Expresionismo abstracto – Breguet Tradition / Van Cleef & Arpels
Surgido posterior a la Segunda Guerra Mundial, se considera el primer movimiento genuinamente estadounidense dentro del arte abstracto. Algunas de sus técnicas fueron descritas como Action painting, Drip painting o Gestural painting. Los más grandes exponentes fueron Jackson Pollock (Jack the dripper), Franz Kline y el neerlandés nacionalizado estadounidense Willem de Kooning.
Breguet fue un adelantado a su época en todo sentido, varios de sus relojes eliminaron el lienzo tradicional de una carátula y se decantaron por la belleza natural y fuerza mecánica como imagen principal. Los Tradition de Breguet siguen esta visión, pero un gran ejemplo es el reloj fabricado para María Antonieta.
Van Cleef & Arpels Complication Poetique Midnight Planetarium presenta la exhibición de piedras preciosas en reemplazo del movimiento de los cuerpos celestes presentes en nuestro Sistema Solar. Para ello solicitó la colaboración de Christiaan van der Klaauw, un experto en planetarios que, por si fuera poco, activó una complicación de “momento especial en el año”. Con ella puedes programar la fecha en la que la Tierra se posicione debajo de la estrella, sí puede ser la fecha de tu cumpleaños. Tal como en un cuadro de Pollock, el caos visual del Universo es el orden más bello que existe.
Pop Art – Quartz, sport chic y Hublot
Un movimiento urbano que pretende unir el arte y la vida mediante el enfriamiento de las emociones. Tiene como propósito reflejar la superficialidad de los elementos de la cultura de masas en sus obras, tomando objetos accesibles para todos como útil de representación. El movimiento surgió en Reino Unido y Estados Unidos posterior a mediados del siglo XX, cobrando fuerza en la década de los 60. El arte pop es una forma global y social de ver el arte. No es elitista y resalta el aspecto kitsch mediante el uso de la ironía. El pop art se ligó directamente a la publicidad y a la literatura de los cómics, siendo Andy Warhol el exponente más conocido, pese a que Marcel Duchamp, Kurt Schwitter, Man Ray, Max Ernst y Jean Arp sentaron las bases del Dadaísmo, primero en proponer la ruptura del arte con la sociedad de su época.
Quartz
Justo hacia finales de la década de los 70, cuando el pop art ya había hecho mella en la mente del colectivo, surgieron fenómenos pares dentro de la relojería. El primero fue la llamada crisis del cuarzo, que brindó accesibilidad para que las masas adquirieran un reloj preciso y no costoso. El calibre regulado por cuarzo propuso un impulso a la industria relojera global, descentralizándola del dominio suizo-estadounidense, y democratizándola a prácticamente cualquier competidor que quisiera fabricar un reloj.
Sport chic
Con ello surgen los sport chic watches, basados en la importancia de la artesanía, la marca y el lujo del arte inherente al trabajo de las Maisons. Sostenido por los maravillosos diseños de Gérald Genta con el Royal Oak y el Nautilus, acompañados de otros como el Laureato y la referencia 222 de Vacheron Constantin. La premisa es simple: “One of the world´s costliest watches is made of steel”, publicidad de Patek Philippe para su Nautilus de 1976. Se valora el nombre de la marca, sin importar el material de su fabricación.
Hublot loves art…
Loves pop art, completaría yo. Hublot surgió en 1980 producto de la visión de Carlo Crocco, empresario italiano que decidió revitalizar este fenómeno e ir al extremo tras fusionar una caja de oro con una pulsera de caucho; continúo con la gerencia de Jean-Claude Biver quien propuso a Hublot como patrocinador del deporte más popular y global del planeta, el fútbol. Su visión es tan amplia que se ha ligado al street art, a los géneros de música popular como el rap, el reguetón y a muchas otras disciplinas globales de manera directa.
Minimalismo – Swatch
La tendencia a reducir a lo esencial, menos es más, surge con el arquitecto moderno germano-estadounidense Mies Van der Rohe a comienzos de los 60. Su reacción en contra de las corrientes realistas y el arte pop, suponiendo un seguimiento al reduccionismo propuesto por Kazimir Malévich. El término fue utilizado por primera vez por el filósofo británico Richard Wollheim en 1965 como reacción a una pintura de Adolf Reinhardt.
El minimalismo es caracterizado por el empleo de elementos básicos como colores puros, geometría simple, tejidos naturales, etcétera. Obedece al orden, a la reducción y síntesis, a la sencillez e incluso a la economía del lenguaje. Sus representantes más importantes son el escultor Carl Andre; el conceptualista Dan Flavin; a los músicos Jóhann Jóhannsson y Richie Hawtin y, por supuesto, al diseñador y arquitecto Ludwig Mies van der Rohe.
Swatch nació en 1983 como marca, la visión fue reducir al mínimo la creación de un reloj confiable, tanto que empleó plásticos para su fabricación y se vendió a un precio sumamente accesible (visión que continúa). El primer Swatch constó de 51 componentes. La innovación en su fabricación dio como resultado una recuperación de la relojería suiza y un nuevo statement o denominación de origen: Swiss Made. Con ello ayudó a formar Swatch Group y a recuperar el orgullo de lo fabricado en este país.
Sí, la relojería es un arte
Y está representado no sólo en estas piezas y ejemplos, sino en la inspiración del ser humano con cada corriente de pensamiento. La Alta Relojería cuenta con artistas que dominan a la perfección las técnicas más antiguas de orfebrería y decoración. Y también con ejecutivos que han creído que la relojería es un arte como Jean-Claude Biver, quien adquirió Blancpain en 1981 y la elevó a ese nivel, previo a la formación de Swatch Group.