WW-OTOÑO 2012.La historia de más de 165 años se aprecia en su justo valor a medida que el timón de la Manufactura se encauza hacia diferentes direcciones. Para el año de 1983, el rumbo de la firma tomó un destino incierto: Rolf Schnyder se hacía cargo de la compañía, misma que se encontraba a la deriva en un mundo donde la llamada “crisis del cuarzo” obligaba a las casas relojeras a incorporarse a grandes corporaciones.
Ulysse Nardin cuenta con una particularidad que la hace diferente y a la vez protagonista. Su aporte a la relojería se basa en una filosofía creativa y científica por y para la industria. Personajes como Ludwig Oeschlin y Pierre Gygax (Mr. Silicio), desempeñan un papel fundamental en la evolución relojera desde el punto de vista del desarrollo, pilar fundamental que otorga a la firma el reconocimiento general por su alto nivel de innovación.
Gracias a la dirección inteligente de Patrik Hoffman -responsable de la marca en el mercado de Norte y Centro América hasta antes de la muerte del visionario Rolf Schnyder-, quien fue nombrado CEO por el Consejo de Administración y el equipo ejecutivo, la designación compromete a nuestro personaje a continuar con la filosofía de independencia (Ulysse Nardin) trazada desde su fundación. Para ello, se tomó la decisión de inversión en la propia Manufactura: 80 millones de francos suizos en los últimos años. Esta cantidad se destinó a consolidar sus proyectos y asociaciones, como la que mantiene con Sigatec, la cual le permite presentar este año un calibre que abandera y sirve como punta de lanza para los movimientos fabricados totalmente en casa, y por primera vez equipado con un escape patentado en DIAMonSIL: el Calibre 118.
Carátula esmaltada Calibre 118
Este año, Ulysse Nardin sigue perfeccionando sus revolucionarios adelantos con el Calibre 118, el cual marca un viraje decisivo en el uso de nuevas tecnologías en el sector relojero, así como la producción de movimientos usando componentes recubiertos de diamante.
Áncora y rueda de escape DIAMonSIL
Debido a la disminución en el suministro de movimientos y componentes por parte de ETA, y ante la demanda de más piezas firmadas por Ulysse por parte de los entusiastas de la marca, la Manufactura incrementó la inversión para poder, en un futuro próximo, dotar a la mayoría de sus piezas de un movimiento y calibre producidos bajo el sello de la casa y con la mejor tecnología disponible.
El Freak fue el primer reloj en incorporar el silicio, material que causó -como toda novedad en la industria-, un elevado nivel de escepticismo, pero que transformó a la “pequeña” Ulysse Nardin en una firma que puede equipararse -en nivel de desarrollo- a cualquier otra, pero con la cualidad excepcional de presumirse independiente.
Pocas son las casas relojeras que cuentan entre sus virtudes con la de la autonomía, misma que exige un grado de responsabilidad y control mucho mayor a la de otras que han sido adquiridas y respaldadas por grupos poderosos. El abanico de posibilidades es mucho mayor, pues es posible dirigir la compañía hacia el rumbo que el Consejo determine en virtud de su oportuna capacidad de reacción, pero el nivel de riesgo también se multiplica. El costo que representa invertir en proyectos que podrían entregar resultados diferentes a lo esperado, puede determinar la caída en las finanzas de la firma. En la presentación que hiciera Patrik Hoffman durante mi visita a La Chaux de Fonds, puse atención a un fenómeno en particular.
En mi opinión, una firma relojera se hermetiza cuando trata de guardar información acerca de sus planes a futuro, cifras comerciales y resultados de investigación. Por el contrario, Ulysse Nardin comparte su conocimiento con la industria formando asociaciones y diversificando su mercado, ya que busca crecer de manera sostenida y responsable mediante sus estrategias y minucioso análisis. El empleo de robots en la relojería actual (debido a la demanda), es tan transparente como digno de presumirse, y son pocas las Manufacturas que cuentan hoy en día con la tecnología que posee la casa fundada en 1846. Pero eso no es todo, recientemente Ulysse ha adquirido el movimiento de cronógrafo Ebel, mecanismo catalogado entre los más confiables del mercado desde hace 17 años. Dicha operación sugiere uno de los avances tecnológicos más importantes para la Manufactura, que sin duda fructificará durante los siguientes años.
Conocer las instalaciones de la marca en La Chaux de Fonds, fue para mí una experiencia tan placentera como enriquecedora. Indudablemente Ulysse Nardin continuará creciendo a la par de sus aportaciones a la industria y en la medida que responsablemente se ha trazado.
-Marco Alegría-