La tecnología no puede, ni podrá, desplazar los relojes mecánicos y, por ende, el oficio relojero. Si consideramos que se trata de un objeto que persigue la precisión, es natural que alcanzarla requiera de mucho entrenamiento, dedicación, excelente visión, coordinación, motriz fina, paciencia, perseverancia y una gran capacidad de análisis. Pero, más allá de todo ello, es el ávido deseo de aprender y sumergirse en la profunda pasión por la horología y la mecánica de un reloj.
Como podrías imaginar, Suiza es la cuna y la base del quehacer relojero. El Programa de Formación y Educación de Relojeros de Suiza, o WOSTEP en inglés, es el único reconocido internacionalmente. A pesar de ello, cuenta con escuelas afiliadas en el mundo que ofrecen su certificación. Las más cercanas se localizan en Estados Unidos: The North American Institute of Swiss Watchmaking en Texas, y The Nicolas G. Hayek Watchmaking School en Miami.
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Si bien hay otros cursos y escuelas de prestigio, el Lititz Watch Technicum en Pensilvania es una de las escuelas más reconocidas. Creada por Rolex en 2001, debido a la falta de relojeros calificados en Estados Unidos, tiene el objetivo de formar a jóvenes en la revisión de relojes mecánicos de alta gama.
En palabras de la Casa relojera, lo que buscan de los candidatos es más una aptitud para la mecánica, que las competencias ya adquiridas. También se espera que tengan una buena capacidad de razonamiento y tolerancia a la frustración. ¿Y qué pasa con la destreza? Para el director de la escuela, Herman Mayer, no es primordial, ya que se puede aprender mediante una buena formación. Sin embargo, la pasión, la motivación, el entusiasmo y la dedicación son ingredientes claves para lograrlo. No por nada, Mayer hace hincapié en que ser relojero “no es un trabajo, sino un estilo de vida”.
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¿Qué opciones hay en México?
La Asociación de Relojeros y Joyeros Técnicos Mexicanos es, como lo dice su nombre, una asociación sin fines de lucro que trata de “aglomerar a los relojeros y joyeros profesionales, así como a los aficionados al fascinante mundo de los relojes y las alhajas de toda la República Mexicana.”
De esta manera, imparten cursos como “Servicio y Reparación de Relojes de Péndulo”, “Curso básico de reparación y servicio de relojes mecánicos”, “Curso básico de reparación y servicio de relojes de cuarzo” o “Relojería Mecánica Básica”, entre otros, otorgando una constancia de participación al final del curso expedida por la Asociación de Relojeros Técnicos Mexicanos.
Como verás, los relojes mecánicos son, en esencia, las obras de arte de los relojeros. Su apreciación, y su valor a través del tiempo, siempre nos acompañarán a través de la historia y, en consecuencia, también el legado de las personas que han dedicado su vida a la medición del tiempo. Como diría Herman Mayer, “lo bonito de este oficio es que es infinito”.
Imagen de portada: Rolex.org