La industria relojera presenta historias en común y en plena comunión con la evolución de dicha disciplina, es decir, normalmente encontramos similitudes en este tipo de narrativas, y aunque resultan fascinantes, en ocasiones también son muy parecidas: “un relojero visualizó un concepto mecánico y aportó -de acuerdo a su capacidad inventiva- un toque personal a su fascinación por la medición del tiempo”.
Algunas personas confundimos el oficio -alta relojería- con status, poder adquisitivo, lujo y nada más, pero hay quienes se rebelan y se “separan” de la industria para presentar algo más que una historia; quienes en lugar de estudiar a la competencia con el fin de presentar algo diferente, sueñan; quienes inauguran un concepto de galería en lugar de una boutique, y hacen realidad cada una de las fantasías que -de niños- cada uno de nosotros imaginábamos inmersos en la cultura de la evolución humana. Ellos, MB&F, las llaman “Horological Machines” y las exhiben dentro de una galería: Let´s All Go M.A.D…
…Durante la semana más importante de la relojería en Ginebra, me dirigí a la M.A.D Gallery, espacio que había conocido únicamente a través de fotografías. Desde la vitrina principal podía observar cada uno de los reconocimientos que, en su corta trayectoria, ha recibido -MB&F- por parte de la industria relojera. Me recibió Eléonor Picciotto, responsable de las relaciones públicas de la marca. Le hablé en inglés y al reconocer mi acento latino –mexicano-, cambió por español, y me sentí como en casa. Platicamos un poco acerca de las maravillosas máquinas y expositores presentes en aquel espacio, sin embargo, Miki Eleta habría de irrumpir en la escena para presentarse, como ahora lo presento a usted, amigo cibernauta:
Nacido en Bosnia-Herzegovina en 1950, Miki Eleta comenzó a trabajar principalmente en la restauración de antigüedades, entonces los relojes y la renovación de los mismos, llegaron “por obra del destino”. Años más tarde un cliente dudó de la precisión de sus inventos, Miki, herido en su orgullo, puso a prueba su capacidad de invención y sin saber absolutamente nada acerca del diseño y mecánica de los guardatiempos, se internó en el quehacer relojero para posteriormente mostrar al “cliente” su trabajo terminado. Miki, ha dicho que jamás podría haberse convertido en un relojero normal, es por ello que su capacidad ha sido expuesta en esta galería, en donde el más reciente invitado de MB&F revela una de sus dos pasiones, la otra es su familia.
Miki Eleta crea sus relojes extraordinarios a un ritmo de dos piezas únicas por año. Hasta la fecha, ha creado 28 relojes cinéticos, siete de los cuales aún están disponibles a través de su taller, además cuenta con un espacio para exposición en la feria de relojería y joyería más grande del mundo: Baselworld 2013, Watches World estará presente. Fue así como conocí a nuestro agradable personaje, hablamos el mismo idioma, me refiero a la pasión que nos une en torno a una industria, sentimiento que comparto con “Charris”, ya que en muchas ocasiones hemos tenido la oportunidad de platicar acerca de sus novedosas creaciones y hoy llegó el momento de profundizar acerca del HM5:
“Las últimas dos décadas han visto un crecimiento exponencial en los inventos que han revolucionado nuestras vidas. De hecho, han habido tantas increíbles nuevas máquinas que nos hemos vuelto indiferentes ante la innovación. Puede que los robots no cocinen la cena, pero sí construyen autos, aspiran el hogar y podan el césped. Mandar un hombre a Marte no es más una cuestión de si acaso, sino de cuándo”.
Pero hay que imaginar la emoción y los años del futuro a principios de los años setenta. El hombre podía volar sobre el camino con autos súper deportivos; volar sobre el mar en aerodeslizadores; volar a velocidad supersónica en el Concorde y volar a la Luna en el Apolo. Todo era posible: robots humanoides, mochilas cohete y autos voladores. En la década de los 70´s el futuro no era mañana, ¡era hoy!
Quise comenzar por citar un par de párrafos de Maximilian, en donde nos explica la idea con la cual surgió su nueva Horological Machine, misma con la cual me identifico, aunque no viví en los años setenta, pues recuerdo el nivel de innovación que se vislumbraba a través de los avances que la ciencia y conciencia permitían durante esa década. Cuando regresé a mi país pasé por el aeropuerto Charles de Gaulle de París, y vi -en la forma de pieza de museo- un avión Concorde. Recordé con ello mi infancia, cuando era niño construía Concorde´s a base de cartulinas y plumones de colores. Tal vez ese mismo impulso llevó a “Max” a la realización del nuevo HM5, inspirado en el chasis y carrocería de un súper auto (Lamborghini Miura), pero su máxima “musa” fue el intrépido Amida Digitrend. Modelo que contaba con una estrecha caja futurista y un indicador vertical digital tipo LED, impulsado por un movimiento mecánico. Desafortunadamente el reconocimiento llegó muy tarde y Amida terminó por ser víctima de la llamada “crisis del cuarzo”.
Revisé uno a uno los detalles que amablemente mi amigo Charris Yadigaroglou, Director de Comunicación de MB&F, me compartió:
1.- Los indicadores de la hora y los minutos ven hacia el frente pero son horas saltantes bidireccionales con indicaciones invertidas, reflejadas a reflejadas 90° y magnificadas un 20%
2.- HM5 tiene un movimiento mecánico, pero inspirado en una época cuando el cuarzo era el Rey
3.- Las ventilas en los autos deportivos bloquean la luz, pero no así en el HM5
4.- Conforme a su herencia automovilística, el HM5 tiene tubos de escape para drenar el agua
5.- HM5 se encuentra “On The Road Again”, pero su inspiración no quedará en el garaje
Pero quizá el punto más importante es el que a continuación tengo el honor de anticiparles:
6.- La caja que ustedes observan, no es a prueba de agua, sino “¡el chasis!”, es decir el movimiento completo, lo que hace pensar y suponer que a éste “bebé” se le podrá montar cualquier tipo de carrocería.
Da click en la siguiente galería y revive la experiencia M.A.D.
Artículo dedicado a la memoria de mi tío Leonid Gueorguiev Dimitrova. A él también, al igual que a Miki, lo impulsaba una “energía cinética” provocada por la ciencia y su familia.