Lo hemos platicado en un sinnúmero de ocasiones, y es que una de las complicaciones más extraordinarias de la relojería es el cronógrafo, no obstante, en ocasiones no se le brinda la importancia que representa, quedando relegada por la repetición, el calendario perpetuo o, el famoso torbellino. El crono es tan complejo de realizar, que existen un sinfín de firmas relojeras que no cuentan con un calibre de cronógrafo propio completamente integrado, y recurren a un módulo que si bien hace el trabajo, puede contar con algunas desventajas en comparación de un instrumento que nació para vibrar y registrar momentos inolvidables.
¿Por qué se le llama reloj deportivo?
Con base en el surgimiento de las disciplinas deportivas realizadas por la humanidad, el reglamento incluye el factor de tiempo para completar una acción o, definir al ganador de un evento, tal como sucede en las carreras de caballos, en un partido de fútbol, o recientemente en el Super Bowl, tan importante es la precisión de los minutos, como determinante sus fracciones: segundos, décimas, centésimas, milésimas y hasta diezmilésimas, a este grado de contabilidad de ha llegado a partir de la mecánica, y hablando de ésta debemos citar a la horología suiza y a uno de sus máximos referentes: Vacheron Constantin.
Su legitimidad es tal que nos remonta 260 años atrás, justo cuando se fundara la firma gracias a Jean-Marc Vacheron, un talentoso empresario y artesano que generara el primer atelier en Ginebra, Cantón en donde permanece la Manufactura. El cronógrafo que debe su nombre a la palabra chronographus en latín, la escritura del tiempo, o que se escribe en el tiempo, y Vacheron Constantin ha escrito su historia a través de 26 décadas de manera ininterrumpida, lo que nos lleva a celebrar una exposición ubicada en el primer piso de los primeros edificios de la Casa ginebrina con al menos 60 relojes seleccionados de una colección privada de 1300 piezas.
Este tipo de encuentro se ha organizado en cinco temas: relojes de bolsillo, relojes de pulsera simples, relojes con diferentes escalas, relojes split seconde-cronógrafos y relojes con complicaciones sofisticadas. De esta colección destaca el reloj de pulsera de 1928 realizado por la Manufactura, que ya contaba con sistema monopulsante y escala en números arábigos, además de una caja tipo cojín.
Descubre a través de la siguiente galería los aspectos más importantes de cada pieza:
Surgimiento del cronógrafo:
Así pues, el cronógrafo surgió a principios del siglo XX, lo que nos indica la complejidad para ejecutar a demanda la acción principal del crono: un instrumento desarrollado para cuantificar el tiempo transcurrido en episodios determinados, así como para fraccionar los segundos. Fue desarrollado –principalmente– para los eventos deportivos como: carreras de caballos y autos, natación etc, siendo Nicolas Mathieu Rieussec uno de sus precursores mediante un aparejo que regaba tinta sobre un disco dividido en 60 partes iguales (segundos), con ello se garantizaba la medición más precisa en su momento durante un fenómeno como las carreras de caballos (1921).
Asimismo, hasta hace algunos años era desconocido un aparejo desarrollado por Louis Moinet conocido como «contador de terceros», que sería desarrollado entre 1815 y 1816, y que ya contaría con dos pulsadores para las ejecuciones de: start, stop y reset, además de proponer la indicación del tiempo mediante una aguja que localiza las 24 horas y una trotadora central para los 60 segundos del minuto. Asimismo, el reloj oscilaba a una tremenda velocidad: 216,000 alternancias por hora, es decir: 60 semi-oscilaciones por segundo, lo que equivale a 30 Hz, 24 Hz más que el promedio de un reloj actual. Finalmente, a diferencia del instrumento diseñado por Nicolas, el contador de terceros fue desarrollado con fines astronómicos.