No solamente se compromete con presentar nuevas colecciones y revolucionar la historia de la
relojería mediante su gran creatividad, sino que también lo hace con las artesanías que parecían haber quedado en el olvido, y los oficios que podrían pasar a los libros como parte de la historia.
Pero aquí no termina el cuento de Cartier, sino que resulta apenas el principio… Su atelier de Métiers d´Art en La Chaux -de- Fonds, Suiza, no es un edificio de generación de arte común, por el contrario, ya que esas paredes forman parte del mismo espíritu.
Al interior de una “casa” situada en las montañas de “La Chaux”, como conocemos a la región los periodistas, se generan oficios como el guilloché, la marquetería, el esmaltado y muchas otras técnicas acestrales, y modernas, de lo que se mira con los ojos del corazón gracias a las emociones.
La edificación data del siglo XVIII, sin embargo las mejoras al interior y la adaptación de una red poderosa de equipo multimedia la dotan de la mejor tecnología a fin de adquirir lo mejor de ambos mundos, la inspiración de los primeros artesanos al servicio de la horología, y la eficiencia de instalaciones de primer nivel.
En Watches World felicitamos a Cartier por su espíritu creativo y por el enorme esfuerzo dedicado a preservar lo que verdaderamente importa a esta redacción: el arte de la relojería, en toda la extensión.
