Desde 1956, el mundo de la relojería fue testigo del nacimiento de un mito vanguardista y audaz. Se trata del Ladybird de Blancpain, el cual fue introducido hace sesenta años como el reloj redondo más pequeño del mundo. Durante la época estaban en tendencia los relojes joya, donde la ornamentación y los acabados eran mucho más importantes que el tamaño de la carátula. Fue entonces cuando la firma decidió lanzar el movimiento redondo más pequeño del mundo, con un calibre R550.
Lo interesante, es que a pesar de su reducido diámetro de 11,85 mm, el calibre cuenta con una reserva de marcha de más de 40 horas, algo que era difícil de conseguir en esa época. Sus dimensiones son extraordinarias, pues el pivote únicamente mide 0,07 mm, ¡más pequeño incluso que un cabello! Dichas innovaciones tecnológicas hicieron que el Ladybird ocupara un lugar privilegiado dentro del sector de relojes femeninos. Y desde entonces, ha sido el favorito para toda ocasión.
Hoy en día, la estética de esta pieza revolucionaria se mantiene vigente, por lo que Blancpain decidió homenajearlo con el nuevo calibre automático 6150, de 15,7 mm de diámetro. Esto permite al Ladybird continuar con su título de uno de los relojes más pequeños del mundo, pero ahora en una edición limitada a 60 ejemplares -para celebrar el 60 aniversario de la creación-. La Referencia 0063E-1954-55A presenta contrastes luminosos en la carátula que revelan múltiples hojas realizadas en nácar, otorgando distinción y delicadeza al reloj.
Su aspecto atractivo es impulsado por una correa de piel confeccionada con pequeñas escamas de aligátor de Luisiana. Su bisel está engastado con 32 diamantes y la carátula incorpora ocho diamantes deslumbrantes. Las agujas tienen forma de gota y la caja es de oro blanco con fondo de cristal zafiro, para ver su extraordinario funcionamiento.
