Ulysse Nardin es una de las marcas con mayor legitimidad oceánica, y con ello nos referimos a las sinergias y colaboraciones que ha tenido a lo largo de su herencia, las cuales han apuntado al océano como eje principal en su tanque de pensamiento y creatividad de productos.
Este 2018 se comienza a desarrollar la visión del Patrick Pruniaux, CEO de la marca, quien se adentró en las profundidades de la misma y encargó al equipo de Extreme, agencia parisina de publicidad, la creación de un mensaje que diera brillo a las colecciones relojeras de la casa.
El pilar: Freak
Este reloj es distinto a todo lo que conocemos de la horología tradicional, la que el mismo movimiento y tren de engranaje sirven como indicadores de tiempo. La pieza no posee corona, todo se modifica a partir del bisel, mientras que la gama cuenta con distintas propuestas que hacen del Freak el buque insignia para la Maison.
Este año se abunda en este ícono que, además, fue el primer reloj en mostrar tecnología de silicio a fin de mejorar la durabilidad de componentes esenciales dentro del reloj y comprobar sus ventajas contra el magnetismo.
La campaña: #Freakmeout
Dada a conocer a principios de año, tiene como fuente de inspiración y protagonista el símbolo máximo de la fauna marina, al menos en reconocimiento: el tiburón blanco. Y con él, el tiempo, un Freak. Esta dualidad se apodera de las diferentes ciudades, luciendo al tiburón como si se adueñara de Nueva York, Shanghái y demás.
Con dicha identidad visual, la marca realiza un twist al mensaje que había entregado en años anteriores. Mientras que la adición del término y hashtag #Freakmeout básicamente habla de la sorpresa ante un instrumento de precisión único como es el Freak.
De la misma manera, hacer uso de la imagen de un depredador natural que es balance fundamental para los ecosistemas, tiene como propósito crear conciencia a fin de preservar su hábitat y dejar de temerle para asombrarse con sus características naturales.
La campaña publicitaria anterior de Ulysse Nardin que ilustraba una ola azul se había quedado un poco sosa. Este tiburón navegando por la ciudad se aproxima más a nuestro proyecto vanguardista: más atrevido y más fresco, nos sitúa en la acción y aporta una dosis de sorpresa. Patrick Pruniaux, CEO de Ulysse Nardin.