Las dos variantes de Jaeger-LeCoultre Duomètre Chronograph Moon denotan una virtuosismo relojero definitivo. Disponible en una caja de platino 950 u oro rosa, el concepto Duomètre para la regulación de energía se aplica de una forma fascinante. Con un calibre totalmente moderno que opera un cronógrafo monopulsador a velocidad inmediata, deja claro por qué JLC se le conoce como “el relojero de los relojeros”.
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Complicación mecánica de otro nivel
Un reloj tan complicado como Jaeger-LeCoultre Duomètre Chronograph Moon tiene un problema inicial. La cantidad de energía que requieren las complicaciones del barrilete es brutal. Por ello, los relojes de este nivel de complejidad suelen tener alteraciones al escape que terminan por afectar su precisión. El concepto Duomètre introducido en 2007 por primera vez por JLC, utiliza dos barriletes separados con dos trenes de engranes independientes. De esta manera, uno se ocupa de las funciones de tiempo exclusivamente mientras que el otro se encarga de las complicaciones.
El resultado es garantizar una precisión excepcional para el Calibre 391, desarrollado desde cero. Combina un cronógrafo monopulsador con una fase lunar, un indicador de día y noche; dos indicadores de reserva de marcha; y finalmente un segundo foudroyante. Es decir, cuando el cronógrafo se activa, el segundero da una rotación completa en un segundo. Son 6 rotaciones totales parándose instantáneamente cuando el cronógrafo se detiene. Es decir, permite ser preciso con medidas de hasta 1/6 de segundo.
Al otro lado del calibre observamos el bellísimo y altamente complejo movimiento de cuerda manual. Al no tener un rotor, podrán verse los impactantes detalles como las franjas Geneva, una técnica que demanda precisión absoluta. Es una perfecta demostración de cómo funcionalidad se une con estética de la forma en que solo Jaeger-LeCoultre sabe hacer.
Una carátula intuitiva
A pesar de su complicación, la carátula de Jaeger-LeCoultre Duomètre Chronograph Moon es fácil de leer. Hay tres contadores que lo hacen inmediatamente reconocible. Como si fuesen esferas de sector, el formato de tres contadores destaca sobre una textura fina de polvo hecho por opalina. Cada contador se decora con azuré, una técnica de grabado de círculos concéntricos espectacular.
La fase lunar se integra perfectamente al cronógrafo en el contador de horas y minutos a las 3 horas. Resalta con su fondo azul balanceado por el indicador de día y noche que se encuentra a las 9 horas. El cronógrafo es capaz de registrar tiempos de hasta 12 horas, 60 minutos y 60 segundos. Todo con una precisión de 1/6 de segundo, apoyado con una escala taquimétrica en la periferia de la carátula. Finalmente, los dos indicadores de reserva de marcha son visibles a las 4 y 8 horas respectivamente, ambos operados mediante la misma corona.
Inspirado en la forma de los relojes de bolsillo savonette de la marca del siglo XIX, el reloj cuenta con una caja en 42.5 mm de diámetro. Está formada por una compleja estructura de 34 partes en una mezcla de terminados pulidos, cepillados y arenados. Este fantástico reloj no solamente es un homenaje al arte de la Alta Relojería. Es una demostración clara de la proeza mecánica detrás de una marca como Jaeger-LeCoultre.
Ficha técnica Jaeger-LeCoultre Duomètre Chronograph Moon
- Caja: 42.5 mm de oro rosa o platino 950
- Movimiento: mecánico manual
- Calibre: 391 de manufactura
- Reserva de marcha: 50 horas para cada barrilete
- Funciones: horas, minutos, segundos, cronógrafo monopulsador de 12 horas con contador de 1/6 de segundo, fases lunares, indicador de día y noche; dos indicadores de reserva de marcha.
- Carátula: opalina plateada para la versión oro roa y opalina color cobre para la versión en platino
- Correa: piel de aligátor
- Hermeticidad: 50 metros
- Edición limitada a 88 ejemplares
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