Esta pieza traduce a su máxima expresión la riqueza del sonido en la repetición de minutos, gran sonería y pequeña sonería. Se trata del primero de este tipo en Vacheron Constantin, y como dicta el refrán mexicano: “hay que saber llegar”.
Son 727 las piezas que hacen la magia, pero también resultan un dolor de cabeza para el relojero, quien debe estar enfocado tiempo completo en esta referencia sin ocuparse de ninguna otra. Más de 500 horas son necesarias tan solo para el ensamble del reloj. Se tardaron una década en el desarrollo y su perfil, por complejo que parezca, no supera los 15.10 mm de ¿???y 45 mm de diámetro. Sí, una maravilla.
De adentro…
El movimiento de cuerda manual bidireccional, provisto de 727 piezas ajustadas, decoradas y ensambladas minuciosamente a mano, dispone del poder para mostrar: horas, minutos, segundero pequeño, gran sonería y pequeña sonería, y repetición de minutos. Su construcción integrada exige una considerable cantidad de energía para que la gran sonería pueda activarse hasta 96 veces por día. De este modo, dos barriletes garantizan una reserva de marcha del movimiento de 72 horas y autonomía de sonería de 20 horas en modo gran sonería. Este sofisticado movimiento, dotado de adelantos técnicos, acústicos y energéticos, es una realización única de complejidad inimitable.
…Hacia afuera
Horas, minutos, segundero pequeño a las 7 h, gran sonería, pequeña sonería, repetición de minutos, indicador del tipo de sonería gran sonería/pequeña sonería/silencio en el bisel, indicación de la reserva de marcha del movimiento, e indicación de la autonomía de la sonería.
Si bien no tuvimos oportunidad de tenerle en nuestras manos, se puede apreciar el sonido de manera virtual a través de la página oficial de la Maison, y también conocer diferentes adiciones a un sistema tan complejo como éste.
Su calibre de remonte manual cuenta con seis mecanismos de seguridad que evitarán dañar alguna función por mal manejo de la referencia. Además, integra un fondo de cristal de zafiro que desde su construcción, fue planeado para admirar el accionar del mecanismo de sonería (rastrillo, palpadores y caracoles), cubierto por la carátula en la mayoría de los casos.
Destacamos su estética, pues la legibilidad de todas las funciones es discreta pero elegante y muy práctica, mientras que el calibre posee todos los rasgos de la Alta Relojería. Evidentemente, está grabado con el Poinçon de Genève.