Con un nombre tan potente y particular, sinónimo del silicio y de la más alta innovación con sello Ulysse Nardin e inspiración de Ludwig Oechlin, no se puede esperar menos que un grado de sorpresa altamente impactante, tal como lo describimos el año pasado cuando la marca presentó el Freak Cruiser, animado por el calibre de manufactura UN-205 dotado de un carrusel tourbillon volante y escape Dual de Ulysse Nardin.
Una proeza mecánica guiada por la visión de Rolf Schnyder durante su gestión, en donde ciertamente colaboró con Oechlin en la generación de esta pieza presentada en el 2001, y que, rediseñada en el 2013, continúa deleitándonos como una complicación lúdica, extraordinaria poética e inalcanzable, incluso a la fecha.
Si usted mira la carátula desnuda, también observará que las manecillas no son simples agujas que parten del centro animadas por un tren debajo de puentes y ébauches, sino que el mismo puente es utilizado como indicador de las horas, por lo que debe girar y animarse al ritmo de este rango de tiempo, es decir, el movimiento gira sobre sí mismo, y llegando el tiempo de las manecillas, habría que apuntar que el mismo tren dotado de un carrousel-tourbillon volante con apariencia de ancla, simula flotar completamente y lo hace, pues se ha eliminado el pasador central que soportaba al mecanismo en comunión con un cristal de zafiro.
La increíble poesía flotante de Ulysse Nardin exhibe los alcances de la imaginación horológica, al tiempo que domina al ojo humano que cree imposible dicha ejecución, y no es para menos ¡Es mágica, es Freak, es Ulysse Nardin!