En Patek Philippe todos los componentes del reloj son cuidados y las cajas no son excepción. En este Calatrava, referencia 5227, como todas las cajas Officier, lleva en su parte trasera una tapa (
guardapolvo), pero han llegado a la excelencia en este reloj ya que la bisagra parece haber desaparecido gracias a su construcción. Al no ser percibida parece que el doble fondo no existe, de hecho para los que no conocen la caja Officier, pudiese pasar desapercibido la tapa que cuida la gran vista de su movimiento. En 39 milímetros, con un perfil de 9.24 mm y gran estética elegante y atemporal hacen de esta pieza un homenaje a la relojería de la casa.
Lleva el calibre automático 324 S C. Su gran volante Gyromax® de cuatro brazos –dotado de un espiral Spiromax® en Silinvar® que oscila a una frecuencia de 28.800 alternancias por hora (4 Herzios)– garantiza una estabilidad y una precisión de marcha conformes con los rigurosos criterios impuestos por el Sello Patek Philippe (-3 a +2 segundos al día).
Estará disponible en caja de oro amarillo, rosa o blanco en 18 quilates.
Detalle curioso de los Calatrava, es que cuando en 1932 la familia Stern compra Patek Philippe, ese mismo año aparece la referencia 96, precisamente un Calatrava.