Tuvimos oportunidad de asistir a la presentación de dos referencias que han causado revuelo a nivel internacional, y esto en respuesta a la pasión con la que Hermès labora en su división relojera de manera histórica, asociándose a Casas tan prestigiosas como Jaeger-LeCoultre, por ejemplo, pero que desde hace varios años tomó la dirección de producir relojería de manufactura con un sabor incomparable, el savoir-faire de Hermès.
Calibres in-house, módulos que transforman la concepción del tiempo en un significado poético y una visión estética apegada a los valores de la Casa parisína, se pueden apreciar en las nuevas líneas de producto, más allá de la historia que presenta cada instrumento de la Maison.
Solamente se hicieron seis piezas de esta referencia inspirada en los colores y cultura nacional, fue presentada en Baselworld 2016 y hoy en día se ha convertido en una de las piezas que mejor ligan el arte de los bordados mexicanos con la relojería helvética, sin dejar pasar el toque distintivo Hermès.
Slim d’Hermès Mille Fleurs du Mexique
La inspiración se basó en el diseño de un carré producto de la creatividad de Laetitia Bianchi, de ascendencia mexicana por parte de su madre, quien se vio seducida por la enorme cantidad de coloraciones inherentes a un paisaje nacional: flores, aves y un nutrido follaje se apoderan de este lienzo. Un caballo de sangre azteca se apodera del motivo con protagonismo y peculiaridad, pues se avista deducido por el color y motivo de las «mil flores».
Técnica: el motivo se calca sobre una superficie nacarada que es tratada con un delicado pincel para delimitar las periferias, a su vez se completa el trabajo dotándolo de color por parte de un maestro esmaltador. Las 20 tonalidades se fijan gracias a un proceso de cocción que jugará con las altas temperaturas, disciplina no apta para artistas inexpertos.
Mecánica: se integra el movimiento propio calibre H1950, un motor extraplano base con remonte automático hecho en Vaucher de condiciones modulares y extraordinarias. La pieza luce una extensión áurea de caja de 39.5 mm de diámetro, el oro blanco luce magnífico abrazado a la muñeca gracias a una correa de piel de cocodrilo Hermès color verde. La pieza que llega a México responde a la numeración «4» de 6.
Médor, el tiempo secreto
Se trata de un reloj-joya-brazalete que se abraza a la muñeca con carácter y delicadeza al mismo tiempo. Por un lado presenta una configuración inspirada en los collares de perro realizados por Hermès para las jornadas de caza de los años 30. Sin embargo inspiró a la firma para transformarlo en un brazalete con protuberancias piramidales (Clous de Paris) engastadas con diamantes, las cuales son aperturadas por medio de un ingenioso pulsador que cuida de la manicura femenina.
Esta acción da paso a observar las horas y minutos ofrecidos de manera minimalista y delicada, un secreto que las damas siempre desean esconder. Existen diferentes versiones y tamaños: 11 y 12 mm de caja, con engaste parcial o total sobre los clavos piramidales, mientras que se ajustarán al pulso por medio de una correa de aligátor a juego con la configuración de su elección.