La casa relojera DeWitt continúa ofreciendo prueba de su valor artesanal y sus virtudes en creatividad horológica. Nos complace presentar el último lanzamiento de la manufactura, que tuvo que venir acompañado del desarrollo de un calibre seriado DW8028, que late a la levedad relojera de 18,000 a/h gracias a un volante de inercia variable que le permite alcanzar las 72 horas de autonomía.
Regresamos al pasado y reinterpretamos el futuro de una marca que busca rendir un homenaje a la artesanía ancestral a partir del esqueletado de un calibre y al posicionamiento de un tourbillon en punto de las 6 horas. Dicho mecanismo hace uso de una espiral con curva Phillips con calidad Straumann® lo que quiere decir que es antimagnética y se autocompenza, garantizando una homogeneidad en su oscilación gracias a su sujeción con un volante de oro de 18 quilates, mismo material utilizado para la rueda de escape y el áncora de dicho sistema.
Eliminar hasta lo necesario sin comprometer la dureza del movimiento
Esta es la filosofía de DeWitt, que no quiso comprometer la calidad y precisión de su calibre al liberar en exceso material que sirve fundamentalmente a la precisión, es por ello que la platina calada y los puentes nos confieren una estética tipo laberinto esqueletado con perspectivas asombrosas, lo que nos regala una profundidad mecánica maravillosa a pesar de la robusta arquitectura del esqueleto. La caja de 43 mm de titanio grado 5 tratado con PVD chocolate y sus agujas azuladas exhalan con fuerza un mensaje de alta relojería, innovación y respeto a la tradición centenaria de la industria en su máximo esplendor.