La firma de relojería suiza ha hecho caso a sus coleccionistas y entusiastas, reeditando uno de sus modelos más exitosos en punto de venta, y dotándole de colores que replican mejor la personalidad de quienes lo aman.
Esta pieza se inspira en los relojes de mitad del siglo pasado, cuando la marca era reconocida como proveedor de la aviación mundial. Así pues, dota al nuevo Chronoliner de un bisel de cerámica high tech en coloración de acuerdo a la carátula: bronce y azul en este 2017.
En el interior vibra el calibre 24 de Breitling, que posibilita la lectura –no de uno– sino de tres husos horarios gracias a la graduación interior de 24 horas y a una aguja secundaria. El mecanismo también brinda las condiciones mecánicas de un cronógrafo, que puede ser accionado mediante los pulsadores expuestos a la altura de las 2 y las 4 horas.
Finalmente, la referencia se entrega en una caja de acero inoxidable con tratamientos pulido y satinado, y se abraza al pulso mediante una correa de piel de becerro a juego con la referencia y color seleccionados.