No cabe duda que una de las características más importantes de Bell & Ross es su diseño, originalidad, espíritu deportivo y buen gusto para la lección de materiales de acuerdo a la pieza que estará realizando. Lo mismo puede generar una versión vintage de un reloj de pilotos que profundizar en la creación de una pieza que exhiba la estética de una motocicleta, o quizá –aún más extremo– generar un cronógrafo con un diseño totalmente revolucionario, derivado de su sumamente popular BR-01, develado hace casi diez años.
Así pues, como como un tributo al Bell X-1, el primer avión experimental estadounidense que superó la barrera del sonido en 1947, Bell & Ross innova de nuevo y presenta en 2014 su reloj de quinta generación, cuya apariencia realmente incita a pilotearlo y manipulara su movimiento de cronógrafo automático.
BR-X1 es más que una pieza deportiva, pues además deja ver su movimiento gracias a una carátula semidesnuda que emula a los aviones caza del siglo XXI, cuyas cabinas futuristas se fabrican en materiales altamente tecnológicos para optimizar su estructura, como por ejemplo el titanio y la cerámica, componentes que son realmente aplaudidos por los entendidos en la materia de la aviación horológica.
Sus 45 mm de diámetro albergan un mecanismo automático de cronógrafo esqueletado, mientras que las funciones que presenta «la turbina» de este reloj con las de las horas, minutos, segundos, contadores de 60 y 30 minutos, una fecha esqueletada en punto de las 6 h y graduación de escala taquimétrica para la medición de tiempos cortos. Finalmente mencionaremos que la estética se complementa gracias a una correa de caucho negro que abrazará a la pieza con seguridad y acento deportivo a la muñeca de sus afortunados y exclusivos 250 poseedores de esta serie limitada.