No cabe duda que la virtud principal de una marca es su espíritu y la creatividad que puede proponer en cada uno de sus productos. Es así que Bell & Ross puede realizar prácticamente cualquier tipo de pieza para cumplir con una temporalidad dada, sea de San Valentín, Día de las Madres o, incluso, Navidad.
Es así que llega a nuestra redacción la potencia del diseño y la originalidad de su estructura geométrica en caja de oro rosa de 18 quilates con carátula semidesnuda, negra y tridimensional, mientras que su movimiento mecánico automático ejecutará las funciones y exhibición de las horas, minutos, segundos, fechador y reserva de marcha. Asimismo, la pieza se abraza a la muñeca mediante una correa de piel de cocodrilo color negro.
Sin duda una pieza de belleza extrema que no deja nada a la imaginación, o bueno casi nada, puesto que su limitación a 99 piezas hará que muchos de nosotros solo la podamos ver en sueños…