Mucho hemos platicado en torno a la mente brillante de los fundadores de la hoy llamada TAG Heuer, que encuentra sus inicios en 1860 gracias a un personaje que poseía la cualidad de mirar hacia el futuro, adivinarlo y adecuar sus estrategias de negocio para que fueran efectivas en los años venideros. Estamos hablando de Edouard Heuer, y sí cada producto de la Swiss Avant-Garde, presume el ADN que él delineó para sus productos.
El día de hoy, estimado lector, si tiene la oportunidad de leer esta nota de manera clara, probablemente sea porque trae puestos unos oftálmicos de excelente fabricación, pero ¿qué pasaría si éste no fuera su caso y tuviera complicaciones para poder observar correctamente el puntaje de esta letra? Yo le recomendaría lo siguiente:
Unos lentes ópticos diseñados para ofrecer el máximo nivel de confort al servicio de su visión, que seguramente es la de un conocedor de piezas de relojería, apasionado lector de novelas de aventura o grandes obras literarias. Los materiales empleados en la fabricación de dichas gafas son resultado de los mayores avances tecnológicos, mientras que el diseño Avant-Garde ofrece un look minimalista y contemporáneo por igual. Las bisagras superflexibles de las varillas ajustables de acetato o elastómero permiten un ajuste perfecto a cualquier forma de cara, al tiempo que aseguran máxima facilidad de uso y comodidad.