“Hacemos relojes, no historias”: A. Lange & Söhne
Selección:
Nuevo calibre –totalmente integrado– desarrollado específicamente para el reloj, tres mayores complicaciones en un espacio mínimo.
Ajuste inmediato y simplificado para las funciones del calendario.
Acabados de Alta Relojería.
Enamorado de la relojería tras varios años de periodismo especializado, me percaté de que el arte de hacer relojes cuenta historias para construir marketing y justificar el valor de las piezas que se venden en miles de dólares. Mi comentario anterior no es una crítica frontal a la industria, al menos no a la relojería de verdad, sino la razón que el coleccionista necesita para entender el quehacer relojero y pagar un precio justo por él. No, no se firma un cheque cuya cantidad de ceros se determina por los cientos de componentes enfocados en la medición precisa del tiempo; se adquiere el saber hacer de las Manufacturas, la creatividad de los relojeros y la genialidad de un equipo virtuoso que decidió complicarse la vida para trascender al ritmo de un tic-tac.
Al nivel de ingenieros aeroespaciales o de científicos con doctorado, mentes geniales han encontrado en la horología la disciplina que les reta los sentidos y capacidades, es por ello que resulta un privilegio entrevistarlos y descubrir cómo trabaja su mente.
En 2013, A. Lange & Söhne desarrolló su primera gran complicación, la pieza homónima contó con una producción limitada a seis unidades para el mundo entero. Tras la resolución de diversos enigmas para la mecánica, nos deleitó con la ejecución de un calendario perpetuo magistral, al que llamó Richard Lange Perpetual Calendar “Terraluna”, lo dotó de un escape constante, 14 días de reserva de marcha y una precisión para la fase lunar de 1,058 años, además de inspirarse en la proyección real del movimiento de la Tierra respecto a la posición del Sol y la Luna. Zeitwerk Minute Repeater captó nuestra atención en 2015, su misión era clara: recuperar la belleza y riqueza de los repetidores decimales, pero ajustándose a la filosofía de “Lange”: se lee lo que se escucha, por lo que la información de horas y minutos se exhibe de forma digital; cuenta con diversas patentes para garantizar lo dicho con anterioridad, y su diseño exquisito fue una de las razones para su debut en nuestra primera selección “The Editor´s Seal”.
Hoy, A. Lange & Söhne demuestra su valía gracias a una ejecución perfecta de las –casi– inaccesibles complicaciones de: cronógrafo, tourbillon y calendario perpetuo, su nombre es Datograph Perpetual Calendar, se viste con “traje” de platino (caja) y porta una “corbata” negra (carátula) de sofisticada elegancia, abrazándose al pulso mediante unos “zapatos (correa) de piel de cocodrilo a juego.
“Para nuestra pieza estelar hemos creado un nuevo movimiento, que cuenta con un barrilete de máximas capacidades para garantizar 50 horas de reserva de marcha; todas las informaciones del calendario perpetuo son saltantes, modificamos la indicación del día y noche, además de la exhibición del año bisiesto, e incluimos una fase de Luna tremendamente espectacular. Finalmente, el reto máximo fue desarrollar un calibre tan complejo con cronógrafo flyback y calendario perpetuo, añadirle un tourbillon con parada de segundero y proponerlo en 32.6 mm de diámetro con 9.0 mm de altura”: Anthony de Haas.
Cronógrafo
En la marca reconocemos el nombre Datograph como sinónimo de la complicación que deberá contar tiempos cortos-deportivos al interior de una pieza. En este caso, el crono incorpora rueda de pilares, función flybacky con la exhibición de la legendaria gran fecha de la marca. La trotadora parte del centro, mientras el totalizador de los minutos saltantes se sitúa en punto de las 3 h, y una escala taquimétrica permitirá la medición de la velocidad de un cuerpo en movimiento. Finalmente, la característica flyback permite llevar el tiempo de sucesos consecutivos eliminando la pérdida de tiempo que se sucede en un cronógrafo tradicional entre la parada, puesta a cero y nueva ejecución del crono.
Calendario perpetuo
Una de las complicaciones más apreciadas por los coleccionistas, podrá ser admirada con facilidad gracias a la información distribuida a las 9 h (día de la semana e indicador día-noche), 3 h (mes del año y año bisiesto), 12 h (gran fechador), 6 h (fase de Luna con precisión de 122,6 años). La pieza necesitará un ajuste en el 1° de marzo de 2100, en tanto tres correctores permiten modificar individualmente las fases de Luna, el día de la semana y el avance del mes y año bisiesto, mientras que en punto de las 10 h, se sitúa un corrector de rápida acción que modificará todas las indicaciones −saltantes− del calendario.
Tourbillon
Su enorme volante oscila por vez primera a 18,000 alternancias por hora, a fin de poder garantizar la cronometría de un tiempo con precisión de un quinto de segundo. La espiral ha sido hecha en la manufactura, mientras que la velocidad del regulador rota en la medida tradicional de vuelta por segundo. El torbellino se ha dispuesto de manera visible al fondo de la caja, construido en cristal de zafiro, para garantizar una lectura total del calendario y del cronógrafo en el anverso. Asimismo, los maravillosos acabados del calibre serán coronados por la belleza del tourbillon, que cuenta con un sistema de parada de segundero patentado, garantizando una corrección con precisión de segundos.