Esta referencia vio la luz en 2014, producto de la gran maestría de un movimiento desarrollado en colaboración con Christiaan van der Klaauw. Para explicar su funcionamiento, la referencia exhibe el movimiento real de: Mercurio, Venus, Tierra y la Luna gracias a discos concéntricos que forman una carátula de Aventurina.
El tiempo está marcado de manera periférica por un cometa que circunda el dial. El movimiento mecánico automático luce además una masa oscilante engastada en diamantes, visible en el reverso de la pieza. Una verdadera obra de arte muy particular y poética.
La firma podría llegar a México, y sería una verdadera proeza que lo hiciera, no obstante hay que destacar que la Casa ha dado paso a la admiración de múltiples coleccionistas admiradores de las complicaciones lúdicas más exquisitas del planeta.
El reloj usa materiales preciosos como el nácar rosado para la construcción de Mercurio, el esmalte verde para Venus, el turquesa para la Tierra y un –inmenso– diamante para la Luna, que rota cada 29.5 días. El fondo de caja muestra una clave para los planetas, así como dos aperturas que muestran el día, mes y año.