Los previos de Baselworld empiezan a hacer su aparición en la escena relojera de este 2015. Y es Blancpain el que hoy anuncia la incorporación de una pieza dotada de una gran fecha a su colección Villeret. Una complicación, elegante y útil, que permite una óptima legibilidad de la función gracias a su visualización a través de dos amplias ventanillas.
El antecedente
Cuando los relojeros de la Manufactura de Le Brassus concibieron el calibre 6950, ellos tenían como fin facilitar la lectura de la fecha gracias a una visualización más amplia con cambio instantáneo a medianoche y limitar el grosor del movimiento. Fue así como dieron vida a un movimiento automático provisto de dos barriletes y de un ingenioso mecanismo de fecha grande dotado de una protección contra los golpes. También posee un volante de inercia variable con espiral de silicio y tornillos de regulación de oro. Es precisamente este calibre, que ya ha probado su eficiencia, el que equipa este nuevo modelo.
Es una pieza que cumple todos los requisitos para formar parte de la colección más clásica y reconocida de Blancpain. En ella se manifiestan los valores auténticos de la relojería tradicional, reflejados en la pureza de sus líneas y en la estética sobria que caracteriza al conjunto de los guardatiempos Villeret. Todo se conjuga para hacer que este nuevo modelo sea absolutamente atemporal, desde la caja doble pomme de oro rojo de 40 mm hasta la claridad de la carátula opalina, sin olvidar la vuelta de horas que destaca los números romanos aplicados, la gran fecha a las 6 h, el fondo de cristal de zafiro que muestra la masa decorada con un motivo nido de abeja y el brazalete de piel de aligátor color chocolate. Sin lugar a dudas, un digno representante de la familia Villeret.
