Resulta apasionante volver a platicar con JFD, a quien saludamos recientemente durante la visita –supersónica– que sostuvo con Felix Baumgartner, que centró la atención de la prensa en una asociación de esas consideradas como «únicas». Pero no para Zenith, que ha contado con innumerables héroes a través de su historia, ligados a la aviación, a las expediciones y dedicados a inspirar generaciones. Así es la marca con sede en Le Locle, que ha permanecido en este suelo desde su fundación en 1865 por Georges Favre-Jacot, un visionario que renombró su manufactura como «el punto más alto del cielo», coronándola con una estrella solitaria de gran significado.
Durante la dirección previa a la de nuestro entrevistado, Zenith se encontraba inmersa en un mar de referencias relojeras, colecciones tan vastas que, contrario a lo que pudiera pensarse, se tradujeron en una de las principales desventajas de la manufactura. «El mercado reacciona de manera diferente a la concepción horológica, y siendo 100% relojeros nuestra labor es crear, y lo hicimos tan bien que el consumidor se perdió en un mar de producto, lo cual sugirió un problema para la producción y distribución del mismo». Palabras que me confió Jean-Frédéric hace un par de años cuando lo conocí, año en el que también fue nombrado «Man of the Year» por la industria.
WW: Al ser parte del Grupo LVMH, ¿cuál es el papel de Zenith? (rompo el hielo)
JFD: No puedo decir que Zenith juega un papel fundamental en el Grupo, cada una de las marcas es verdaderamente independiente, nuestro rol corporativo es fortalecer a la marca para el bien común, mejorar la relojería y negocio de Zenith es ayudar a la institución, esta es mi misión. Hablando de alta relojería y joyería, LVMH está interesado en invertir para mantener el savoir-faire y la expertise artesanal para las siguientes generaciones, mi papel en Zenith es éste precisamente, garantizar esas inversiones y contagiar a mi equipo de trabajo para continuar desarrollando esa idea. LVMH no es una máquina corporativa inmensa, sino un grupo interesado en preservar los valores inherentes a la capacidad de fabricar verdaderas obras de arte a partir de los productos que construye.
WW: ¿Cuál es la importancia de su socio comercial en México?
JFD: Estamos muy contentos por toda la energía que Attila ha puesto en la marca, necesitábamos de esa pasión para comunicar el producto y que dieran seguimiento inmediato a las necesidades de comunicación y trabajo con los puntos de venta. Zenith está consciente de que los clientes están evolucionando, y debemos adaptarnos a dichas formas para poder ser más eficientes.
WW: Además de la línea El Primero, hemos visto muchas más referencias de la colección Pilot´s, ¿dicha estrategia continuará el próximo año?
JFD: Pilot constituye la línea de entrada a Zenith, obviamente la inversión que se realiza al comprar un El Primero es considerable, así que ésta es la misión de Pilot, posicionarse como el reloj deportivo de la marca, pieza que además cuenta con un legado importantísimo, así que continuaremos desarrollando esta colección.
WW: Los nuevos materiales han llegado a Zenith, tanto para la caja como para el movimiento ¿veremos algo radical como un nuevo calibre en el futuro próximo?
JFD: Pensamos en una evolución del movimiento, no en uno completamente nuevo. Nos enfocamos en mejorarlo y los materiales están al servicio de la precisión y el aporte que tengan a la misma. El Primero es un ícono y permanecerá siéndolo porque funciona y es considerado uno de los mejores cronógrafos de la industria, «si tenemos a El Primero, no necesitamos El Segundo».
WW: La importancia de su dirección ha sido reconocida por toda la industria, ¿cómo le gustaría que la gente recordara su gestión en Zenith? ¿cuál será su legado?
JFD: «Quisiera ser considerado como la persona, junto con mi equipo, que devolvió a Zenith al camino del éxito; es una marca que merece mucho crédito en la industria, pero no siempre ha sido tratada con la dedicación necesaria. Durante muchos años Zenith fue considerada dentro de las manufacturas líderes en la industria y debemos revivir ese brillo».