¿Qué es una complicación acústica en un reloj y de qué tipos hay? * Watches World

“Cada acción de nuestra vida toca alguna cuerda que vibrará en la eternidad.”

En el comienzo fue el sonido

En el inglés se conserva, a través de un par de palabras que hoy se emplean como sinónimos, clock y watch, parte de la historia de la sonería, que en español hemos perdido, al usar solo la palabra “reloj” para referirnos a los guardatiempos.

De acuerdo con el Merriam Webster Dictionary, clock deriva del latín medieval clocca, es decir, “campana”, vía la palabra holandesa clocke, que describe la campana de la torre de una iglesia, que marcaba el paso de las horas. El inglés lo aplicó a un dispositivo para indicar la hora mediante el toque de una campana, y no a la campana misma, pues ya existía la palabra bell. Por su parte, watch significa, además de reloj, mirar, observar, denotando que, en los relojes, la hora se observa en la carátula.

Desde luego, antes del advenimiento de la luz eléctrica, mirar la hora no siempre resultaba posible una vez que se ocultaba el sol. Se reconoce a Edward Barlow, reverendo y relojero inglés, como el inventor del reloj repetidor en 1676, basado en un mecanismo de golpe de cremallera y caracol. La invención del primer reloj repetidor de bolsillo, en 1687, se atribuye a Daniel Quare, tras una disputa legal con Barlow por la primicia de dicho invento. Finalmente, en 1783, Abraham-Louis Breguet introdujo el reloj repetidor con muelle de gong de alambre, que sustituiría las campanas y gongs en forma de plato, convirtiéndose en el sistema usado hasta la actualidad.

Las complicaciones acústicas

La repetición es una complicación acústica altamente apreciada en la alta relojería, se considera la máxima complicación debido a su gran complejidad, no solo técnica, sino también por la pericia requerida para afinar los gongs y martillos. Así, las complicaciones acústicas son aquellas que, en adición a la función de horas, minutos y segundos, proporcionan información adicional, en este caso, en forma de sonido. Un reloj que tiene alguna complicación acústica incluyen, a grandes rasgos, relojes con sonería, alarmas, cajas musicales y repetidores.

¡Ahora es cuando!

Probablemente una de las complicaciones más útiles en la vida diaria, la alarma, también suele ser pasada por alto, especialmente, tras la crisis del cuarzo. Incorporada en algunos relojes de bolsillo desde el siglo XVII, no fue sino hasta 1900 que Johannes Dürrstein de Glashütte comenzó la producción en masa de calibres con alarma, y en 1914, que aparecieron los primeros relojes de pulso con alarma. En 1947, Vulcain lanzó su popular modelo Vulcain Cricket, que contenía dos barriles, uno para el tiempo, y otro para la alarma. A este, le siguieron el Memovox de Jaeger-LeCoultre, en 1951; el Advisor de Tudor, en 1957; y el Bell-Matic de Seiko, en 1966; entre otros.

Al son de una melodía

Una caja musical es un instrumento musical automático que produce notas musicales utilizando un conjunto de clavijas colocadas en un cilindro o disco giratorio que, al girar, pulsa los dientes (o laminillas) de un peine de acero, creando notas musicales. Puesta en un reloj, esta complicación le permite reproducir alguna melodía musical, por ejemplo, el Opera Godfather de Jacob & Co.

¿Cuándo es ahora?

En cuanto a los repetidores, a estos se les clasifica en función de los intervalos de tiempo que pueden marcar, y también, dependiendo de si lo hacen solo bajo demanda (llamados repetidores, propiamente) o de si lo hacen de manera automática, en passant (en cuyo caso se les conoce como sonneries).

Existen dos tipos de sonneries: la grande sonnerie, que repite, en passant, las horas en la hora, y las horas y los cuartos en cada cuarto; y la petite sonnerie, que repite las horas en la hora y solo los cuartos (sin horas) en los cuartos. Usualmente, cuentan con un pulsador o palanca para silenciar el mecanismo, así como la capacidad para repetir la hora bajo demanda.

Un reloj repetidor solo indicará la hora bajo demanda, generalmente mediante la activación de una palanca en el lateral de la caja, cuyo desplazamiento proporciona la energía al resorte de la complicación acústica. Te los desglosamos:

Repetidor de horas. Este reloj solo cuenta con un martillo que golpea el gong una vez por cada hora transcurrida.

Repetidor de cuartos. En este caso, dos martillos, uno de sonido más grave y otro más agudo, indican las horas y los cuartos de hora, respectivamente. Puede usarse un tono para cada medida del tiempo, o en ocasiones, los cuartos se indican con una combinación de tonos agudo-grave en rápida sucesión.

Repetidor de medios cuartos. Emplea el tono grave para las horas, la combinación agudo-grave para los cuartos, y el agudo para indicar segmentos de 7 a 14 minutos.

Repetidor de cinco minutos. Las horas son indicadas con el tono grave, y cada tono agudo indica un conjunto de cinco minutos.

Repetidor de minutos. El tono grave indica las horas, la sucesión de tonos agudo-grave son para los cuartos, y cada tono agudo, los minutos transcurridos desde el último cuarto, siendo un ejemplo el Master Hybris Mechanica Calibre 362 de Jaeger-LeCoultre.

Repetidor decimal. Emplea el tono grave para las horas, el par de tonos agudo-grave para los conjuntos de diez minutos, y el agudo para los minutos adicionales, como es el caso del Zeitwerk Minute Repeater de A. Lange & Söhne.

Se conoce como carillon a una complicación con tres o más conjuntos de martillos y gongs, en lugar de dos, que es lo más común. Así, cuentan con al menos un tono grave, uno medio y uno agudo, permitiéndoles, en ocasiones, reproducir secuencias musicales. Sirva como ejemplo el Soprano de Christophe Claret, un repetidor de minutos con carillon Westminster, cuatro gongs tipo catedral (es decir, más largos que los gongs convencionales) patentados y cuatro martillos. Otro ejemplo es el Octo Roma Carillon Tourbillon de Bvlgari.

Y ¿cómo se realiza la hazaña de traducir el tiempo en sonido?

Los repetidores y sonneries constituyen las complicaciones más demandantes en la alta relojería, pues requieren determinar la hora precisa, que es continuamente cambiante, y después traducirla en sonido. Para ello, usan un mecanismo de cremallera y caracol. Hay tres caracoles que giran junto con las manecillas, llevando el registro del tiempo: un caracol para las horas, que cuenta con 12 dientes; uno para los cuartos, con 3 dientes; y otro para los minutos, con 14 dientes.

Al deslizar la palanca o presionar el botón del repetidor, se da cuerda a una espiral, distinta de la del regulador principal del reloj, cuya energía impulsa el mecanismo repetidor. Primero, se mueve un conjunto de palancas llamadas cremalleras, empujando cada una contra su caracol, cuyos dientes determinan la distancia particular en la cual se detienen las puntas de las cremalleras, con cada paso representando una unidad de tiempo.

Dada la forma en espiral de las levas de caracol, la punta de la cremallera llegará más cerca o más lejos del centro. Del lado opuesto a la punta hay una serie de dientes. Conforme las cremalleras regresan a su posición inicial, los dientes activan los martillos. De esta forma, dependiendo de la posición de la leva de caracol, la punta de la cremallera se desplazará hasta una posición que determina el número de dientes que activarán ese mismo número de campanadas. Entre más cerca del centro del caracol, mayor será el número de dientes que deben regresar, y mayor será el número de campanadas. ¡Una hazaña!

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ESCRITO PORCristian Miguez

De familia de relojeros, el amor por la alta relojería lo traigo en la sangre, y si bien en la mente juego con las letras, las ciencias y el marketing, en una mano traigo una pluma y en la otra, una espada.