Uno de los apellidos más importantes de la relojería, no solo por sus creaciones anteriores y su importantísima historia horológica, sino también por lo que está sucediendo hoy en día con su manufactura Soprod, y con sus innovaciones constantes. El mismo espíritu pionero de Abraham-Louis Perrelet, nacido en Neuchâtel en 1729, es replicado a través de sus generaciones familiares, pero comencemos entonces con este breve resumen de historia, una muy amplia y de enorme importancia puesto a las invenciones que hoy por hoy, más de dos siglos después de haberse generado, continúan animando al corazón de la relojería de pulsera. El Perpetuel, un instrumento que debería cargarse de manera autónoma a partir de un primer impulso fue desarrollado en la cabeza de Abraham-Louis desde 1770, y presentado en 1777 para deslumbramiento y alumbramiento de los genios relojeros contemporáneos, incluyendo a Abraham-Louis Breguet, adelantándose a su época debido a que durante esos años y en ese siglo todavía no se generaba el instrumento horológico para la muñeca, no obstante, se sabía que dicho aparejo no duraría por siempre en el bolsillo del caballero o en el cuello de las damas.
Es así que, guiado por este impulso y por la herencia relojera de familia, Louis-Frédérique Perrelet continuó la fórmula y consiguió hacerse de una clientela excepcional, la realeza francesa incluyendo los Reyes Luis XVIII, Carlos X y Luis Felipe I. Exactamente cincuenta años después de la invención del movimiento mecánico de cuerda automática, en 1827, con motivo de la exposición de los Productos de la industria francesa, Louis-Frédéric Perrelet presenta su obra maestra: un excepcional contador cronógrafo de física y astronomía con rattrapante, que además le valió ser nombrado como Caballero de la Legión de Honor en 1934. Asimismo, y ya en el siglo XX, impulsado por el hijo de Frédérique, Louis, se sentaron las bases para la nueva innovación, un mecanismo de doble rotor seriado con el calibre P-181, tras cinco años de desarrollo, los cuales conquistarían el buen funcionamiento de los mecanismos de remonte automático, pero también detonarían la potencia de la turbina, que ocupa un sistema ingenioso visual y técnico para presentar un movimiento sin igual en la carátula.
Años más tarde y ya como parte del enorme Grupo de Relojería, Festina, Perrelet presenta el primer calibre íntegramente concebido en la manufactura Soprod, atelier de Perrelet: el P-321, con lo cual se determina el inicio de un sinónimo de independencia en producción que le permitirá a la marca desarrollar cada uno de sus productos horológicos sin ningún tipo de limitación, y sentando las bases de mecanismos complejos como el tourbillon, la turbina cronógrafo y, más recientemente, el Turbine Pilot.