Más que una tendencia –ya que tienen años de usarse–, la incorporación del NATO en las piezas relojeras y su gran aceptación entre los aficionados de los guardatiempos se debe a su extraordinaria resistencia, practicidad, comodidad y gran personalidad. Pero, ¿cómo y dónde surge este material?
Estas correas evolucionaron a partir de las de cuero y de lona que utilizaban los pilotos, marinos y otro personal del ejército británico en la Segunda Guerra Mundial. Por motivos de seguridad, los relojes no llevaban varillas de muelle desmontables para sujetar las pulseras. Las barritas fijas, a menudo soldadas, se partían con menos frecuencia que las varillas de resorte y reducían las posibilidades de perder el reloj. Esto supuso que las pulseras fueran de una sola pieza, que pasaba entre las asas y las barritas fijas.
El material como tal surgió en la década de los 60. Estas correas fueron diseñadas precisamente por el Ministerio de Defensa de la Gran Bretaña. El objetivo que se perseguía era crear una correa estandarizada para todos los relojes de reglamento de sus Fuerzas Armadas. Los soldados, para poder obtener una, debían llenar el formulario G1098 para posteriormente retirarla del almacén de su base, por eso también se les conoce como G10, de hecho, ese es el nombre correcto para este tipo de correas.
En un principio se fabricaban únicamente de nylon de entre 18 y 20 mm y eran grises con hebillas y pasadores de latón cromado. Al ser consideradas como un instrumento militar, debían cumplir algunas condiciones. A diferencia de las correas tradicionales, las G10 debían tener una movilidad mínima, es decir, siempre mantenerse en su lugar. La ventaja de una correa que pasa por detrás de la caja del reloj, como en este caso, es que si alguno de los pasadores (spring bar) cediera, la caja del reloj se mantendría sujeta al restante sin caer, algo súmamente útil en condiciones entremas.
La evolución
Fue después de 1973, cuando el Ejército británico abandonó el color gris como exclusivo dando pie al surgimiento de diferentes variaciones lo que permitió que cada regimiento llevara la correa de acuerdo con sus colores distintivos.
Hoy en día, las correas de NATO, como se les conoce, conservan las cualidades de las originales, pero lucen más actuales y con estilo. Se ofrecen en una gran variedad de colores y son elaboradas en tejidos de fibras sintéticas que ofrecen una buena resistencia a la tensión y a la abrasión.
Las historias detrás del NATO
En 1964 se hizo famosa una variación de NATO gracias a la película Goldfinger, del famoso agente 007, cuando Sean Connery lo interpretaba. En una escena James Bond aparece con un Rolex Submariner 6538 que llevaba correa de NATO.
Desde entonces marcas como OMEGA, Blancpain, TAG Heuer, Oris, IWC, Tudor, Hamilton, Rolex, entre muchas otras, han apostado por este material y sus modernas variantes, para agregar un toque especial a sus relojes, algunos de ellos modelos clásicos que gracias a este material en su correa logran mostrar un rostro distinto al que se le conoce.
A continuación les presentamos una galería en la que mostramos las diversas interpretaciones de NATO.