Sin duda un encuentro que agradecemos todos los seguidores del motoracing y la industria del automóvil. No solo es un visionario de la relojería, empresario veloz y preciso en cuanto a su toma de decisiones, sino que su perfil roza con el de un piloto profesional que lleva su vida al límite, él es Eric Loth, CEO de Graham, y nos llevará por las curvas y rectas de esta entrevista al secreto de la puesta a punto de su relojería ¡¡¡Arrancamos!!!
Watches World: ¿Cuántos autos posee?
Eric Loth: Cinco, por ahora, dos son de competencia: Porsche GT2 y GT3, oh, pero ahora que lo mencionas, mi Ford GT tiene un lugar muy especial, probablemente es el auto que más amo, pues tiene mucho poder (V8 sobrealimentado de 558 hp´s y 500 libras pie) y además exhibe un nivel de conocimiento importante, ya que recupera la historia del GT40. Adicionalmente roba las miradas, no es un auto tan eficiente y veloz como los hay en la actualidad, pero lo compensa con ese look de auto rebelde y potente de los años gloriosos de LeMans.
Watches World: Este año su colección estuvo directamente inspirada por el motoracing, la respuesta a la estética es evidente, pues su predilección por el automovilismo es ejemplar pero ¿es esto bueno para el negocio?
Eric Loth: No hay duda que existe una conexión natural entre el deporte motor y el mundo automotriz con la relojería. No existe marca relojera que no haya deseado ligar sus productos a la industria del automóvil «Cars is a men´s thing». Por supuesto que hay mujeres entusiastas, pero los superautos, la adrenalina, su tecnología y brutalidad corren por nuestras venas masculinas. Sin embargo, no todas las marcas se ligan a los coches de la misma manera, en nuestro caso, el motoracing es nuestro eje e inspiración, pues lejos de tomar el lápiz y replicar un auto clásico, la idea de estar en competencia nos permite ajustar producto y forma de actuar para mantenernos a la cabeza, y destaco tres características que Graham comparte con una escuderia:
Tecnología: para ganar se deben considerar materiales ligeros, innovar en compuestos para los neumáticos, aerodinámica etc; humildad: no debes pensar que serás el más rápido en la primera vuelta, pues debes analizar cada detalle para mejorarte y con un poco de suerte y trabajo duro llegar a la meta en el sitio más alto. Y finalmente, pero no menos importante: el costo del deporte. Después del polo, el motoracing es la disciplina más costosa, y por ende se tiene que jugar con el presupuesto y administrar recursos para poder llegar al final de la «temporada» en una buena posición para ganar. En Graham desarrollamos tecnologías nuevas y materiales a favor de la relojería, trabajamos con humildad y nos enfocamos en cada detalle de la producción, pero además buscamos siempre la manera más accesible de conseguir el mejor resultado, lo que finalmente nos permite entregar un instrumento de altísima calidad, Swiss Made, atractivo y tecnológicamente avanzado a un precio incomparable.
WW: ¿Cómo ha llegado al balance de costos?
E.L: Pondré como ejemplo el Chronofighter Oversize Superlight Carbon, cuya visión era contar con un reloj que pesara menos de 100 gramos. Para ello debíamos construirlo de un material tecnológicamente avanzado, y la respuesta lógica era el carbón. Pero los proveedores que tocaron mi puerta fabricaban a precios muy altos, por lo que obtuve un gran precio con un proveedor de la industria del hockey sobre hielo, y luego un proveedor más me entregó otro material (nanotubos de carbón), para –finalmente– asociarlo con otro compuesto que encontramos en la industria de la salud, ya que el fondo de la caja es de un elemento hipoalergénico extremadamente resistente. Teniendo la materia, la producción se llevó a cabo en casa y logramos nuestro objetivo.
WW: De la industria automotriz ha utilizado el carbón, el acero, la cerámica, el caucho ¿Qué piensa del aluminio?
E.L: Debemos pensarlo hacia futuro, pero luego de asegurarnos que sea tan resistente como deseamos. Irrayable, que soporte temperaturas extremas, etc. No puedo hablar más de este material por ahora, pero lo estamos considerando.
WW: ¿Qué opinión le merecen los smartwatches?
E.L: Me parece que cuando un aparato depende de otro, como en el caso de tu teléfono móvil, será un desastre portarlo diariamente. Si necesitas que tu reloj te recuerde que tienes que revisar tu teléfono porque llegó un correo electrónico, no le veo sentido. Hoy los celulares están creciendo en tamaño porque cuentan con innumerables funciones, pero el reloj no debe crecer, asimismo los smartwatches consumen demasiada batería, por lo que se vuelven inservibles si se quedan sin energía, lo que no sucede con un reloj mecánico.
WW: ¿Cuál fue su percepción de Baselworld y qué sitio ocupa México en términos de negocio para la marca?
E.L: México es uno de nuestros mejores mercados. Tenemos un gran Socio que ha sabido desarrollar la marca, tanto que hoy está posicionado en nuestro top 6. En Baselworld nos fue tremendamente bien, si bien las marcas grandes tuvieron un año difícil por lo sucedido con el franco, Graham recibió muchas visitas, y rápidamente duplicamos los pedidos para diferentes líneas, pero finalmente el mercado es el que manda. Puedes tener una gran feria de Baselworld y terminar con tu producto estancado en el punto de venta, por ello es que hay que observar los detalles y conocer las necesidades de nuestros socios.