Como suele ocurrir con los íconos en todos los ámbitos, se tejen diversas historias a su alrededor, el origen del reloj Cartier Crash es un claro ejemplo de esto.
El reloj Cartier Crash fue diseñado por Jean-Jacques Cartier a fines de la década de los sesenta y se parece mucho a los famosos relojes derretidos de Dalí, símbolo del surrealismo, con una forma oblonga distorsionada. Es por ello que, muchos creen que la pintura de Dalí inspiró el reloj, sin embargo, la Casa no diseñó intencionalmente este reloj. Hay varias teorías alrededor de su origen, en dos de ellas se involucra un accidente automovilístico en llamas.
¿Cuál es el origen del Cartier Crash?
Corría el año 1847 cuando Louis-Francois Cartier fundó la marca en París. Sus hijos Louis, Pierre y Jacques continuaron el negocio en París, Nueva York y Londres durante el siglo XX, logrando gran renombre a nivel mundial en el diseño de relojes y joyas.
El reloj Cartier Crash tuvo su origen en la boutique de Jean-Jacques Cartier en Bond Street en Londres, que sigue siendo la ubicación principal de la compañía.
La primera versión sobre su origen es que una anciana llevó un reloj a la boutique para repararlo después de que el calor de un accidente automovilístico deformara su carátula y caja. Otra versión especula que Cartier diseñó el reloj en memoria de un ejecutivo de Cartier que murió en un accidente automovilístico mientras usaba un reloj Cartier Baignoire Allongée. Al igual que con la otra historia, el calor del accidente automovilístico distorsionó el reloj.
Se supone que, al mirar ese reloj lleno de cicatrices, Jean-Jacques Cartier, quedó tan seducido por la forma de la caja que quiso reproducirla tal cual.
La tercera versión proviene directamente de Francesca Cartier Brickell, nieta de Jean-Jacques y autora de un importante libro sobre la historia de la familia parisina. De acuerdo con esta publicación a Jean-Jacques Cartier le encantaba el diseño y estaba activamente involucrado en el proceso creativo de los relojes y las joyas, pasando más tiempo en los talleres de Bond Street que detrás del mostrador de la boutique. Pensando en nuevas formas y nueva alquimia para los relojes de la marca, con Jean-Jacques estaba el también diseñador de cajas Rupert Emmerson.
El espíritu de efervescencia
Cabe destacar que antes del supuesto accidente y el consiguiente diseño Cartier Crash, el reloj Baignoire Allongée no estaba deformado, pero tenía una forma oblonga. Su nombre francés se traduce como “bañera oblonga”. Algunos incluso han bromeado diciendo que puedes obtener un Cartier Crash colocando un Baignoire Allongée cerca del fuego para lograr la misma forma.
Cuando Cartier Crash debutó en 1967, se produjo en cantidades limitadas, transmitiendo siempre el espíritu de efervescencia y de despreocupación de una época en libertad. La pieza cristaliza el encuentro entre el gran relojero de las formas y esta corriente de transgresión alegre y pop que quebranta los conformismos.
La carátula asimétrica que enamora
Lo cierto es que desde que surgió en la década de los sesenta no ha dejado de evolucionar y sorprender, por las infinitas combinaciones de gemas, materiales y colores que se han desplegado en esta singular carátula asimétrica.
La pieza que presentó Cartier en 2022, evoca Cartier Crash creado en 1967. Los artesanos de la Maison des Métiers d’Art decidieron explotar el potencial de su singular carátula, convirtiéndola en el medio de expresión de los oficios artísticos de Cartier. El reto creativo en el Crash Tigrée Métamorphoses era ambicioso, debían repartir el volumen de este reloj singular para aprovechar el carácter orgánico y agitado de sus líneas, así como evocar una presencia animal, inspirada en la fauna africana. El resultado es tan rico que inspira múltiples interpretaciones: tigre, cocodrilo, agua o concha… los diamantes parecen invadir progresivamente todo el reloj.
Estaremos atentos a lo que nos presente la Maison como parte de la evolución de uno de sus íconos más representativos.
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