En ocasiones el oficio relojero ha sido señalado por su inherente condición elitista, pero este adjetivo solamente disgusta a quien no entiende el valor intrínseco de una pieza realizada gracias a la perseverancia, herencia del oficio y la paciencia que requiere una obra maestra que brindará, a través de generaciones, una memoria del tiempo mismo.
La Maison, se ha encargado de ejecutar dicha disciplina apegándose al más puro estilo de sus tradiciones; motivo de su fundación -en 1874- por George-Edouard Piaget. En respeto por el desarrollo, ensamblado y decorado de acuerdo con la mejor tradición relojera suiza, cada pieza es una obra de arte que hace un llamado a la destreza y la experiencia ejercida por los mejores artesanos de la casa, experiencia que Piaget retoma en cada momento de creación en beneficio de la preservación y el desarrollo de diversas habilidades presentes en el arte relojero: esmaltado, grabado, guilloché, engastado y marquetería, técnicas artesanales que confieren a cada reloj un valor único, y que año tras año, demuestran la creatividad ilimitada de Piaget.
El Salón Internacional de la Alta Relojería de Ginebra 2013 (SIHH), confirma una vez más la maestría artística de Piaget mediante la presentación de una colección de relojes Altiplano que interpretan la magnífica rosa Yves Piaget a través de diferentes Artesanías.