Una de las características principales de la relojería de JEANRICHARD es el espíritu único de sus colecciones; más allá de la fabricación tipo Coussin de sus cajas, y el calibre modular que anima sus indicadores, la filosofía de vida que encarna este concepto es única e incluyente, lo mismo viste la muñeca de un hombre de negocios que la de un deportista de alto rendimiento, o igualmente se incorpora a la muñeca de una señorita en contacto con sus sentimientos…
Así es JEANRICHARD, se trata de comunicar emociones idénticas: pasión, amistad, tenacidad, deseo; y así lo demuestra su nueva referencia Terrascope, que se construye de acero pulido-cepillado en vertical, además de vestirse de violeta y adornarse con amatistas (88) y diamantes, según su predilección. Cada una de estas versiones obtiene su energía gracias a un calibre automático in-house de nombre JR60 que, como mencionamos con anterioridad, es un motor altamente confiable para la animación de las horas, minutos y segundos, junto con la función de fechador –expuesta a las 3 h-, por no menos de 42 horas continuas a una frecuencia de 4 Hz.
Si hablamos de la estética de la pieza, podemos mencionar que se abraza a la muñeca gracias a una correa de piel de cocodrilo color violeta, que contrasta con una carátula blanca (versión con diamantes) o violeta (amatistas), finalmente, el tratamiento luminiscente de sus agujas, posibilitara la visibilidad del tiempo sea cual sea la cantidad de luz ambiente o artificial, características que le ayudarán a corregir su «problema de puntualidad», pero para qué seguir hablando de la pieza, si podemos mirarla y contemplarla…