Hace 20 años, Caroline Scheufele, Directora Artística y Co-Presidenta de Chopard, refrescó –a través de su genialidad– a la industria relojera, había surgido el Happy Sport, un modelo delicado y juguetón que aportaba un elemento más allá del trabajo de engastado: la movilidad.
Este año, con motivo de su celebración, Chopard presenta una obra maestra concebida en oro blanco de 18 quilates, que además hace gala de 958 diamantes –talla baquetee– engastados al metal además de 1978 minerales más, para un total de 65 quilates. Animado por el calibre de manufactura L.U.C 96.17-L, el Happy Sport Diamantissimo personifica lo mejor de la dualidad de especialidades de Chopard: haute joaillerie & haute horlogerie.
Sobre el engaste de la pieza: más de 4,500 horas de trabajo, de las cuales 1,700 han sido exclusivamente utilizadas para la labor de engaste. La carátula, caja y eslabones, fueron decorados con una técnica conocida como «invisible», que demanda un nivel altísimo de concentración y dominio del arte del engastado. Cada mineral deberá presentar una superficie completamente tallada, que sumada a las demás de la impresión de una superficie continua y homogénea, sin dejar espacio alguno. El efecto visual es –sin duda– impresionante y brinda la sensación de que los diamantes se encuentran fundidos entre sí, formando un todo.