Las horas de la humanidad se ligan a sus relojes monumentales, a sus torres emblemáticas, en cuyas aparece –generalmente– un reloj, que era utilizado por la gente de la ciudad correspondiente como patrón de tiempo. Justo cuando la relojería era costosa y no se podía mudar a cualquier “bolsillo”, las plazas y gobiernos encomendaban tareas monumentales a los relojeros de la época.
Por más de 500 años, la rica historia de Venecia y de la vida que fluye a través de sus calles, plazas y canales, misma que ha sido marcada por el magnífico reloj astronómico de la Torre. Situado en lo alto por encima de los tejados de Venecia, dos grandes figuras se han mantenido lealmente cada lado de la campana del reloj, que repica las horas. Piaget ha desempeñado un papel activo en el mantenimiento de estos extraordinarios monumentos relojería, y el último proyecto de patrocinio de este tipo de guardatiempos, ha sido la finalización de la actualización de la famosa Torre dell’Orologio.
Esta pieza significa una obra maestra de la ingeniería y la precisión mecánica, pues fue construido en 1493 por Gian Carlo Ranieri, y modificada entre los siglos 16 y 19 en diferentes ocasiones. Asimismo, el reloj cuenta con dos “guardianes pastores” que hacen sonar la pieza mediante el repique: el más viejo representa tiempos pasados golpeando la campana dos minutos antes de la hora, mientras que el más joven golpea dos minutos después de la hora.
Recientemente, estos mecanismos no habían sido capaces de dar las horas constantemente debido a la extensa desgaste con el mecanismo que les permite pivotar hacia la gran campana. No obstante, a medida que Piaget ha dado mantenimiento al exclusivo mecanismo del reloj de la torre de Venecia, tras aportar su experiencia y apoyo financiero para la restauración de estas figuras del Renacimiento, por lo que en los próximos años, el reloj continuará sus funciones en beneficio de los venecianos. Felicidades Piaget.