En esta ocasión no hablaremos de velocidad en tierra; adiós a los caballos de fuerza y bienvenida la velocidad en nudos, ¡vamos a la mar! En el siglo XIX, cuando los exploradores recorrían los océanos, el cronómetro de bolsillo era el reloj del capitán, una marca en señal de su rango tanto en tierra como en el océano.
La legitimidad de la cronometría de bolsillo en Ulysse Nardin es máxima, y es que su taller de relojería –situado en Le Locle–, tenía como misión la de construir los mecanismos más precisos enfocados a llevar y traer de vuelta a los marineros.
Con una historia oceánica tan destacada, el Cronómetro de Marina convirtió en un icono que debíaa de ser trasladado a nuestro tiempo, y recuperado para la relojería de pulso.
Ulysse Nardin Marine Torpilleur
Su nombre está inspirado en un característico adjetivo dado a las embarcaciones pequeñas y ágiles de aquellos tiempos, por lo que debemos mencionar que su razón de ser obedece a un espíritu contemporáneo de horología.
Con una estética juvenil y enfocada hacia nuevos públicos, la referencia posee un corazón de manufactura propia. El calibre UN-118 dará vida a las indicaciones de: horas, minutos, pequeño segundero (a las 6 h) y fechador a las 12 horas con precisión certificada por el C.O.S.C., además posee un sistema de escape de silicio, el cual reducirá la necesidad de servicio a la pieza.
Al formar parte de la línea Marine, la configuración estética replica muchos de los sellos de la Casa: índices en números romanos y el logo de nacimiento destacado en color rojo “1846”, lucirán los aires de familia. Mientras que las agujas poseen un trazo distintivo de la relojería de Marina. Tres referencias están enfocadas a enamorar a los marineros de todo el planeta: caja de oro rosa, acero y carátula blanca, o acero con carátula azul. Se abraza al pulso mediante una correa de piel de cocodrilo o brazalete de acero inoxidable.