El cronógrafo y el torbellino conviven al interior de una proeza de la mecánica y de la estética contemporánea en la horología. Fiel a su espíritu pionero e innovador, la Casa independiente fundada por Jules Louis Audemars y Edward Auguste Piguet en 1875, continúa desarrollando mecanismos que convergen con el arte y con lo más supremo de esta disciplina, las complicaciones.
Sin embargo, no solo se trata de incorporarlas a una caja de determinada línea, sino de entregar un reloj que brinde una definición propia de quien lo porta, y si pensamos en la gente que busca un reloj poderoso y con carácter, AP tiene la respuesta a qué colección crecer para conquistar al espíritu revolucionario de este tipo de personas:
Royal Oak Offshore: presentado por vez primera en 1993, su emblemática caja de 42 mm continúa desarrollando los códigos estéticos de una pieza decididamente masculina y potente. Tanto que en un principio fue utilizada como versión insurrecta del RO, llamada a sus orígenes, pero posteriormente incursionó en los terrenos del color, los héroes contemporáneos, los ganadores, las Naciones y, este 2014, recuperando diseños legendarios como el “safari”, “panda” o el “navy” de la misma colección #DareToGoOffshore. Tan solo 118 modelos se han presentado desde hace 11 años, lo que explica el porqué del éxito de la marca y del nivel de cuestionamiento que se realiza bajo el techo de AP antes de lanzar un producto al mercado.
Asimismo, los nuevos materiales elevan las dimensiones de la presentación de esta pieza de Edición Limitada a 50 ejemplares, mismos que están animados por el calibre de cuerda automática de manufactura: 2897 con tourbillon y rueda de pilares para la activación del crono. La caja de 42 mm está fabricada en carbono forjado, pero además presenta un fondo de cristal de zafiro para la admiración completa del movimiento que consta de 335 piezas y de un diámetro total de 35 mm. Asimismo, el rotor está fabricado en platino perlado para continuar con los acabados de alta relojería, mientras que su frecuencia nos impactará a un ritmo de 21,600 alternancias por hora durante no menos de 65 horas garantizadas.
Tanto el tourbillon como el crono constituyen dos de las complicaciones más reconocidas por los maestros relojeros, y que convivan en un mismo aparejo resulta una verdadera delicia, más cuando la apariencia de este ejemplar nos invita a pensar en deportividad y belleza, respetando la historia de la Casa que continúa sentando las bases hacia un futuro brillante, siempre independiente y a la cabeza de la horología suiza, «To break the rules, you must first master them»: Audemars Piguet.