Roger Dubuis no acepta un no por respuesta, y es así que continúa empujando los límites de la relojería a otro nivel y bajo la esencia disruptiva que le caracteriza.
Hoy damos seguimiento a un nuevo arácnido que marca también la evolución dentro de la colección más reconocible de la marca: Excalibur, y que encuentra nuevas alturas para la esqueletización.
Se trata del único tourbillon volante con calibre esqueletado albergado en una caja –también– esqueletada. Un hito debido a que la estructura debe de estar resguardada por cristales de zafiro para la protección del movimiento que, a su vez, tendrá que soportar las tolerancias y ajetreo de la vida diaria a partir de una sólida estructura para el desarrollo propio de puentes, platina y la jaula del torbellino.
Hito
La referencia cuenta con un calibre mecánico de cuerda manual esqueletado que responde al nombre de RD508SQ, movimiento que ofrece 50 horas de autonomía y que está resguardado por una caja de carbono de 45 mm de diámetro. Como es costumbre en cada uno de los relojes de la marca, luce el prestigioso Poinçon de Genève.
Diamantes
En el bisel, brazalete, platina y jaula del tourbillon, sí. Estos diamantes parecen haber sido sembrados en el carbón de la caja. La edición está limitada a 8 ejemplares para todo el mundo, por lo que su nivel de exclusividad es máximo.