Los puentes de CORUM nunca dejarán de sorprendernos, y a pesar de que su estética obliga a centrarse en su movimientobaguette, debemos mencionar que los engastes, los materiales utilizados para la caja, el fondo sus paredes de cristal de zafiro y, el cuidado máximo en cada detalle, se agradecen, tanto para los contenidos editoriales como para los clientes finales, que se ven beneficiados con la innovación y características que desean observar en una pieza de alta relojería.
Hoy hablaremos de las nuevas prestaciones que propone CORUM para el 2014, el coleccionista del siglo XXI, y el de años anteriores.
Si bien el oro es un material precioso y muy apreciado, muchos coleccionistas encuentran en él, un lienzo demasiado pesado u ostentoso, y en la relojería como en la vida «en gustos se rompen géneros», por lo cual la Casa con sede en La Chaux -de- Fonds, escucha al mercado y entrega innovación de materiales, en este caso: titanio y oro, que se funden en una alquimia al servicio de la estética, pero también de las prestaciones y prestaciones para poder ofrecer una mecánica excepcional, símbolo de la relojería contemporánea que practica CORUM de inmejorable manera.
Su corazón corre de manera vertical y lleva por nombre CO313, que refiere un tipo de carga automática por masa lineal, que subirá o bajará en comunión con el movimiento de la muñeca que hará de comparsa con la gravedad, dotando en este ritmo de energía al instrumento de lectura del tiempo, que es mucho más que eso. Corría la década de los 80 cuando CORUM asombró y deleitó a la industria y coleccionistas con el Golden Bridge, suceso que se replica en cada novedad propuesta por la Manufactura gracias al titanio de su caja, protegida con el tratamiento DLC.
Un contraste oscuro y dorado reviven las glorias de la horología con sello CORUM, e impulsan los sentidos provocados por su extraordinaria belleza, compuesta por 194 piezas que ejecutarán la medición del tiempo con ritmo de 4 Hz, es decir, una danza de tiempo y hermosura indudable.