Este año, Jaeger-LeCoultre desarrolló una colección que gira en torno a los Astros, y a partir del segundo semestre de 2015, la fase de la Luna se posiciona en las referencias que JLC presenta desvela line-up de cara a fin de año, así como su inspiración en las estrellas y demás Astros que regulan las actividades humanas.
«La Luna define un sin fin de actividades Terrestres, determina las mareas y es tan misteriosa como bella, en Jaeger-LeCoultre contamos con una legitimidad total para la exhibición de sus diferentes fases en la carátula, desde un reloj calendario con fase de Luna, hasta una Gran Complicación enfocada específicamente a su movimiento en relación con la Tierra»: Daniel Riedo, CEO de JLC, en entrevista para Watches World durante el SIHH 2015.
Master Tradition Grande Complication
Estéticamente posee un bisel cóncavo, mientras que sus asas pulidas y carrura satinada reflejan un apego a la concepción de los antiguos relojes de bolsillo, sin olvidar el toque actual posibilitado por los avances tecnológicos en el desarrollo de la caja. Visiblemente se podrán observar las indicaciones de las horas y minutos, el mes y el indicador de 24 horas, mientras que el tourbillon volante orbital, la carta celeste que incluye al Zodiaco y la repetición de minutos se suman a las posibilidades de esta obra de arte.
Mecánica sideral: su principal particularidad reside en la inclusión de un torbellino que se desplaza en la carátula que replica a la bóveda celeste del hemisferio norte, la cual incluye al cielo boreal, y al cinturón de las 12 constelaciones del Zodiaco. Así, el torbellino rota a revolución de 23 horas, 56 minutos y 4 segundos, haciendo evidente que su ritmo se apega al tiempo sidéreo, que se mide por el movimiento diurno aparente del equinoccio vernal, es decir, toma de referencia a estrellas más lejanas. Finalmente, una repetición de minutos rebasa el ruido de la sala ginebrina –en la presentación de principios de año– y roba nuestra atención gracias a su calidad acústica basada en un timbre cristal catedral y a martillos de tropiezo, los cuales impactan con mayor energía a los primeros produciendo una riqueza excepcional, y una intensidad incomparable desatada mediante una nueva configuración de gatillo. El calibre al interior es –obviamente– de manufactura y de remonte manual, seriado 945, late a 4 Hz y cuenta con escape de silicio.
Master Grande Tradition Tourbillon Cylindrique
Un torbellino con espiral cilíndrico ayuda a que la amplitud de la órgano sea siempre una misma, mientras que el torbellino volante ofrece al mismo una majestuosa y lúdica precisión que atrapa nuestros sentidos hacia su revolución de movimiento.
Estética: su carátula, es más bien un lienzo granallado color azul, que «propuesta» en dos niveles, confiere profundidad y tridimensionalidad a la pieza, mientras hace evidente la incorporación de la bóveda celeste y las fases de Luna, que se incorporan gracias a un disco fijo de lapislázuli. Asimismo la indicación Astral de los signos del Zodiaco aparece en punto de las 12 horas gracias a que el Sol se posiciona sobre el coincidente en el periodo anual, además de evidenciar las informaciones referentes al mes, día y año gracias a tres contadores perfectamente legibles, es uno de los calendarios perpetuos más sencillos de manipular debido a un botón corrector programado mecánicamente a fin de hacer coincidir todas las indicaciones una vez que se ajusta hasta la fecha correcta.
Finalmente, y a manera de dato curioso, el volante de la espiral ejecuta ocho alternancias cada segundo (28,800 a/h), una velocidad prácticamente imperceptible, y lo mismo sucede pero en caso contrario con el disco de las decenas de los años, que efectúa una revolución cada 100 años, sinónimo de Alta Relojería de Le Sentier. La pieza es, sorpresivamente, animada por un calibre de carga automática, el motor seriado 985, y cuenta con autonomía de 45 horas al interior de una caja de oro blanco de 42 mm de diámetro y 13.1 de perfil.
Rendez-Vous Celestial
Su delicado diseño rinde tributo a la Astronomía a través de los códigos de color del Sol, posibilitados gracias a la aventurina. El Astro mayor es entonces homenajeado por esta singular y bella pieza que parece vestirse de un traje de fuego gracias a su carátula guilloché que, acompaña al oro rosa de la caja, a su pulsera de aligátor color rojo y a la lluvia de diamantes (1.94 quilates) que se posicionan en su bisel y delicada línea que acentúa a sus indicadores aplicados. La dama que posea esta pieza se hará acreedora de una mecánica excepcional y precisa que indicará las horas, minutos, carta de cielo, disco de bóveda celeste con calendario Zodiacal y, una mística aguja que indicará una cita personal. Su calibre es el 809/1 de remonte automático, y late al interior de una caja de 37.5 mm de diámetro.
Rendez-Vous Moon
Para las amantes de la Luna; mujeres que contemplan al satélite natural día y noche, Jaeger-LeCoultre desarrolla una complicación poética que delimita las actividades del hombre, el nivel de las aguas en los mares y nuestros ritmos biológicos. Es además el contrapeso del Sol, y el cómplice de nuestro vivir.
No es una fase de Luna ordinaria: su precisión supera a cualquier otra en su tipo, ya que el desfase ocurre cada 972 años. La nueva creación exhibe una carátula que emula al profundo azul del cielo, ostenta constelaciones sobre su superficie y deslumbra a partir de los diamantes seleccionados en talla brillante. Asimismo, la madreperla destaca a los numerales azulados, mientras que irrumpe en la exhibición de la posición Lunar con respecto a la Tierra en punto de las 6 horas. Disponible en 36 y 39 mm de diámetro, Rendez-Vous Moon es animada por el calibre 935 de remonte automático que late a 28,800 a/h durante al menos 43 horas con toda la cuerda dada, éste animará a las horas, minutos, las fases de la Luna y al indicador de cita propuesto por Jaeger-LeCoultre.
En estética negra, la elegancia y atemporalidad de la pieza debido a la construcción y bondades de su caja Master, no están en duda. Desde su sentida monocromía, que se aleja de las carátulas tradicionales, Jaeger-LeCoultre propone una «atmósfera tenebrosa», siendo de color negro el Pantone seleccionado para destacar a las fases de Luna que cobran vida en punto de las 6 horas gracias al calibre mecánico ultraplano 925 de remonte automático. La pieza se extiende a lo largo de 39 mm, mientras que exhibe un perfil estilizado de –apenas– 4.90 mm, medidas que se portan con categoría y autoridad en la muñeca masculina del coleccionista relojero entendido.