1966 es un año que da mucho que decir de GP, y es que muy pocos saben que la colección homónima cuenta con una historia importantísima, justo cuando el cuarzo hacía sus primeras apariciones en la relojería, Girard-Perregaux contaba con un departamento de Research & Developement muy especial, tanto que logró proponer el primer movimiento de alta frecuencia en la historia, logrando con ello que el 73% de los mecanismos con certificación de cronometría por el Observatorio de Neuchâtel fueran instrumentos salidos de su atelier.
Este espíritu refuerza una historia de innovación y savoir-faire, al tiempo que nos invita a admirar la delicadeza de su diseño y la belleza de su mecánica en general. La colección 1966 exhibe una estética depurada y elegante, atemporal y hermosa, siendo capaz de adaptarse a cualquier muñeca o estilo de vida, trátese de un caballero o de una dama.
En esta ocasión y en adición a la línea 1966 Lady de GP, la Manufactura con sede en La Chaux -de- Fonds, presume una carátula con patrón guilloché que parte del centro de la misma y se expande a medida que el dial se amplía, detonando en el brillo de sus índices diamantes, coronados –finalmente– por 80 más de estos minerales preciosos engastados en el bisel y cuernos de la caja. Asimismo, las 12 y las 6 horas se presentan en números romanos aplicados de oro rosa a juego completamente con la caja –de 30 mm– del mismo metal, cuya hermeticidad garantiza una protección máxima de hasta 30 metros.
Finalmente, la mecánica de la pieza es sinónimo de excelencia en el caso de Girard-Perregaux, por lo que el movimiento desarrollado completamente in-house entrega una reserva de marcha de hasta 42 horas latiendo a una frecuencia de 28,800 a/h es decir: 4 Hz. Sus colores cognac y marrón resaltan la feminidad de la pieza, mientras que en su lado anverso, el desfile mecánico de excepción estará disponible gracias a un fondo de cristal de zafiro que deja admirar la masa oscilante de oro de 18 quilates y el acabado de alta relojería labrado en el calibre.