Cuando nace una marca generalmente comienza a dar frutos producto de la creación de su fundador y maestro relojero, en este caso nuestro amigo Guillaume ha desarrollado junto con su equipo diseños de excepción basándose en la arquitectura como inspiración.
Hace 10 años que la marca naciera en Neucâtel, y a partir de ese momento su espíritu ha permanecido intacto, no obstante ha detonado la creación e incorporación de mecanismos externos para la conquista del consumidor, que aprecia la tridimensionalidad de la carátula de un Hautlence. Así pues, este 2014 hemos recibido la información de que aquel HL2.0 continúa dando de qué hablar, pero ha sido reinterpretado con una caja de titanio grado 5 y un revestimiento de DLC negro, logrando una estética sumamente deportiva y que –seguramente– conquistará a propios y extraños, a coleccionistas y a entusiastas por la mecánica relojera.
Finalmente debemos mencionar que la importancia de la pieza reside en su mecanismo de excepción poseedor de tres patentes, pues el calibre de cuerda automática presenta las horas saltantes de manera semicontinua (por cadena de 12 eslabones), mientras que los minutos son señalados por una aguja saltante que parte del o-60, al tiempo de evidenciar la reserva de marcha en la parte inferior de la pieza, extendida gracias a una dualidad de barriletes.