No importa qué tipo de persona seamos, qué tan grande o escasa sea nuestra fortuna, cuál es nuestro color de piel, o de dónde venimos; ninguno de los seres que habitan este planeta tiene el dominio del tiempo, quizás una de las constantes con mayor misticismo en el paso de los seres vivos por el planeta Tierra.
Dicho concepto, trasladado a la relojería, juega como protagonista al tiempo que un relojero consigue desarrollar un mecanismo de medición, pero jamás se había intentado detenerlo, y –con ello– manipular al subconsciente con respecto al valor inherente a tomar unos segundos sin mirar el reloj y disfrutar de la actividad que se desee realizar en ese momento, disfrutar de la vida, de su espacio, del ahora.
Introducido hace un par de años, el movimiento que posibilita la detención de la indicación del tiempo a través de las manecillas en la carátula llevándolas a una posición inexistente mediante una sencilla pulsación que, recupera su lectura total al ejercer una segunda presión sobre el mismo dispositivo, Hermès presentó una nueva complicación, lúdica, diferente, y que lejos de inspirarse en la exactitud o los desafíos naturales de cualquier relojero (repetidor de minutos, cronógrafo, calendario perpetuo), demostró que es posible engañar a nuestro cerebro y proveernos –por un momento– de una completa displicencia hacia el rush cotidiano.
Jean-Marc Wiederrecht, maestro relojero, desarrolló en exclusiva para Hermès una complicación relojera singular poseedora de dos patentes, una con referencia a su diseño y la segunda, a la disposición de los dientes del engranaje reajustable. El módulo se acopla en el calibre de manufactura H1912. Las fases de marcha y de puesta del tiempo en suspenso se coordinan gracias a dos ruedas de pilares sincronizadas: una para las horas y otra para los minutos. Gracias al mecanismo retrógrado a 360 gracos de las horas y de los minutos, el tiempo desaparece, pero el movimiento nunca se detiene. Para señalar que el tiempo se ha puesto en suspenso, se pone en marcha un indicador de funcionamiento acoplado a un móvil de segundos que gira a contrasentido.
La nueva colección Le temps suspendu, develada este año durante Baselworld 2013, presenta –también– un segundero «loco», que gira a contrasentido y sin motivo aparente, pero que hace referencia al dominio del tiempo ejercido por La Montre Hermès.
Conoce toda la colección a través de la siguiente galería, Watches World, los relojes de tu vida.