El refugio principal para tres amigos y socios, es también un taller en donde se dan cita sus múltiples talentos bajo una idea común, la pasión por recrear e impulsar la relojería tradicional al límite, concepto que se ha visto cristalizado bajo un nombre que comienza a ser respetado en la industria relojera: GRIEB & BENZINGER
¡Suscríbete a nuestro Newsletter!Entra al mundo de watchesworld, suscríbete y mantente al tanto del mundo de la relojería
X
Estos verdaderos «artistas del tiempo», viven y trabajan en dos sedes especiales en el pequeño, pero exquisito Pforzheim, cercado al legendario castillo de Daetzingen en la localidad Swabian de Grafenau. Aquí, el tiempo y la inspiración son los factores más importantes en la búsqueda de la verdadera perfección. Hoy, como hace 100 años, la creatividad y la inspiración todavía necesitan de tres aspectos fundamentales: tiempo, tiempo y más tiempo…
En Pforzheim, eje central de la orfebrería e industria de la joyería alemana, se realizan específicamente los trabajos de guilloché, grabado y obras esqueletadas. Su maquinaria es ideal para esta histórica labor y, parte de esta es procedente del siglo XIX, el taller recuerda a un museo industrial. Hoy en día, sabemos que existen muy pocas casas especializadas en la práctica del esqueletado y el grabado guilloché, y por medio de estas herramientas tradicionales, el significado de «manufactura» cobra otra dimensión. Aquí es donde Jochen Benzinger –que justificadamente se encuentra entre los mejores de su gremio–, gobierna la mayor colección de máquinas existentes y todavía efectivas.
El arte de la restauración de un reloj es un oficio casi en el olvido, sin embargo, en los talleres Grieb & Benzinger, se vive dicha tradición día a día bajo un mismo techo.
La restauración relojera se llevan a cabo en un segundo taller con sede en Schloss Daetzingen en la localidad Swabian de Grafenau. Un antiguo se ha transformado para ofrecer a Hermann Grieb la paz y la inspiración requeridas para realizar: cortes de ruedas dentadas y platos a mano en tornos de relojero clásico, fabricación de los tornillos casi tan delgado como un cabello humano, y al final encajar todas estas piezas juntas en un movimiento que funcione.
Movimientos históricos
La casa de relojería Grieb & Benzinger basa sus movimientos a partir del estudio de las prestigiosas casas de alta relojería como: Patek Philippe, Vacheron, Ulysee Nardin, Minerva y Agazziz que en sus días ya fabricado movimientos de altísima calidad.
Tipos del movimiento
Apasionados por las complicaciónes relojeras y el órgano regulador de las piezas mecánicas destinadas a la medición del tiempo, cuentan con una afinidad natural por los repetidores de minutos, cronógrafos y torbellinos in-house, mismo que también constituye el rumbo de la marca hacia el futuro.
White Dragon Pavé // Alojado en una caja sólida de 43 mm realizada en oro blanco y paladio de 18 quilates, el White Dragon Pavé demuestra una vez más que su atractivo no tiene precio y confirma la exclusividad de los relojes que salen del taller de GRIEB & BENZINGER, que destacan por méritos propios en un mercado inundado por el lujo.
White Dragon Pavé una carátula poco común cuyo centro consta de un dragón hecho, grabado y squeletado a mano, rodeado de 369 finos diamantes tipo Wesselton fijados al estilo pavé. El bisel está montado con el corte cuadrado más ajustado, y lleva añadidos diamantes del tipo princesa. El brillo de estos fascinantes minerales no se puede describir fácilmente con palabras, y el o la coleccionista que tenga la suerte de llevarse a su casa este White Dragon Pavé Edition, es probable que necesite gafas de sol para mirarlo, debido a su alto grado de reflejo de la luz.
La escasísima producción que se reduce a un máximo de 100 unidades al año como consecuencia del enorme despliegue técnico llevado a cabo a mano, hacen que estos relojes sean raros, exclusivos y deseados por los coleccionistas.
ESCRITO PORMarco Alegría
…Ya entendería yo, con cada pieza de alta relojería, que la mayor parte de lo que llamamos extraordinario se disfruta sin percatarse del paso del tiempo, pero mirando el reloj.
