TAG Heuer es una de las firmas que más se enfoca en desarrollar productos llenos de emoción y, desde que Jean-Claude Biver asumiera la presidencia y cargo como CEO, la marca ha presentado cada vez más y más referencias, pero siempre apegadas a la historia y el futuro de la marca.
TAG Heuer Carrera 55 aniversario
Carrera Calibre 16
Hoy presenta dos relojes nuevos con apariencia vintage y gran elegancia dentro de la colección TAG Heuer Carrera Calibre 16 con un diámetro de 41mm: un modelo en color negro con correa de piel negra y otro modelo en color azul con pulsera de acero. Los toques en rojo, los colores, los contrastes y la distribución de los contadores son claras referencias al deporte automovilístico.
Dos modelos deportivos con una firma vintage producidos por los tres contadores blancos, que se destacan claramente contra una esfera con una pestaña blanca con una escala de 60 segundos. El contador de segundos es a las 9 en punto, el contador de minutos a las 12 en punto y el contador de horas a las 6 en punto. El bisel está hecho de cerámica y cuenta con una escala tacómetro, un componente crucial en un cronógrafo automotriz.
Se trata, en definitiva, de dos modelos deportivos de inspiración vintage, gracias a los tres contadores blancos que destacan claramente en la esfera, la cual cuenta con un realce con escala de 60 segundos, también en color blanco. El contador de los segundos está situado a las 9h, el de los minutos está a las 12h y el de las horas, a las 6h. El bisel es de cerámica y está dotado de escala taquimétrica, elemento indispensable en un cronógrafo automovilístico.
El modelo en color negro está culminado por una extraordinaria correa de piel negra perforada con pespuntes rojos. El modelo en color azul, por su parte, presenta una pulsera de acero que garantiza la máxima comodidad. Dos modelos con un fuerte carácter deportivo que encarnan a la perfección el espíritu de la colección TAG Heuer Carrera.
Carrera Chronograph GMT
Basado en el calibre Heuer 02, se emplea un módulo de segundo huso horario ideal para el viajero. Este cronógrafo recupera los códigos y el ADN del Heuer Carrera, en particular, la disposición original de los contadores de 1963, es decir, 3-6-9. Los minutos y las horas del cronógrafo se encuentran en las 3 h y las 9 h, el segundero pequeño permanente, en las 6 h y la ventanilla de fecha en las 4.30 h, a los que se añade la función GMT. Es la primera vez que TAG Heuer añade esta complicación a su prestigioso movimiento de manufactura.
El segundo huso horario, ultrapráctico y ajustable en su totalidad con la corona, se lee a través de la aguja lacada en rojo y gracias al bisel con escala GMT de 24 horas, que combina cerámica negra y azul. Para optimizar la legibilidad, se ha montado la aguja GMT con gran ingenio en segunda posición, entre la aguja de las horas y la de los minutos, lo que le permite pasar por encima de los índices y acercarse a la escala GMT.
El movimiento de manufactura Heuer 02, visible a través de la carátula esqueletizada, va alojado dentro de una caja de acero macizo de 45 mm, hermética hasta 100 metros. Un modelo atrevido y elegante al mismo tiempo, impregnado de toda la técnica vanguardista de la marca suiza de relojería.
Carrera Chronographe Tourbillon Cronómetro Tête Vipère
Se trata del primer crono de la marca en recibir este prestigioso sello. En 1897 el Observatorio de Besançon estampó por primera vez el sello Tête de Vipère en un cronómetro. Prueba de la elevada calidad metrológica de un reloj, este emblema es un símbolo de excelencia y precisión inigualable. Abandonado en los años 70 y activado de nuevo en 2006, el sello Tête de Vipère se ha estampado desde entonces en tan solo 500 piezas. Para obtener este certificado de excelencia, cada reloj, una vez montado por completo, se somete a un protocolo de 16 días de prueba en cinco posiciones y a tres temperaturas distintas. El Observatorio de Besançon, en nombre de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, es el único organismo público e independiente habilitado para revisar los cronómetros. Más que una prueba de calidad y precisión, este sello valida un savoir-faire técnico que raya la perfección. De hecho, el sello certifica el reloj en su conjunto y no solo el movimiento.
Este tourbillon es esencialmente el más accesible del mercado, por lo que sus detractores verán en él un sistema robusto lleno de precisión y confiabilidad ahora digno del sello Tête de Vipère. El movimiento va alojado en una magnífica caja de cerámica azul noche, adornada con un bisel y unas asas también de cerámica. En la masa y el cubo del movimiento pueden observarse elegantes detalles en azul. A modo de acabados se han utilizado el pulido, el cepillado y el pulido con chorro de arena para lograr un resultado elegante, moderno y acorde con la elevada calidad tecnológica de la relojería suiza. Este sello está estampado en el puente exhibido en el reverso de la pieza a través de un cristal de zafiro empleado para su fondo. El conjunto se abraza al pulso mediante una correa de aligátor negra cosida con pespuntes en azul.