Las tonalidades vienen y van tanto en la moda como en la industria relojera fashion, pero no estimado lector, en este portal hablamos de piezas de alto valor, ya sea mecánico o para la industria de la relojería suiza en general. Es por ello que el cambio de color de una pieza tan importante como el tres manecillas y fechador de la Casa con origen en 1791 es NOTICIA, pues modificar la pureza y sencillez de la misma podría caer en un error, pero cuando lo hace Girard-Perregaux prácticamente hablamos de un acierto total.
Y es que sí, la delicadeza de sus líneas, índices aplicados a mano y carátula de elegante armonía, el 1966 se ha consagrado como uno de los must-have de la relojería contemporánea purista. Hoy recibimos la noticia de un acompañamiento de color a un reloj que lleva el apellido 1966, destacando como uno de los más brillantes de la Casa, pues justo en aquel año se llevarían a cabo avances estratégicos para su horología, razón por la cual se decidió nombrar a una de las colecciones más importantes bajo este número, que hoy en día es emblemático para –toda– la relojería suiza contemporánea.
Desarrollado en caja –de 41 mm– de oro rosa o blanco de 18 quilates, el GP 1966 en color azul presenta una carátula en este tono, mismo que se duplica en la correa de piel de cocodrilo. Asimismo, sus índices aplicados se duplican en punto de las 12 h, mientras que a las 3 horas la apertura exhibe el fechador por disco. Decididamente elegante, atemporal y preciso, esta referencia posee un fondo de cristal de zafiro para poder admirar el movimiento del calibre de manufactura seriado GP01800-0004, de remonte automático y con frecuencia de 4 Hz por al menos 54 horas de autonomía.
