Una de la piezas más espectaculares de la horología contemporánea se basa en el principio de su fundador: salir de los convencionalismos, desatar una llamarada de instrumentos que no solamente midan el tiempo, sino que además se miren desde lejos como objetos que emanen la personalidad fuerte, poderosa y masculina de quien lo porta.
Así surge Chronofighter, un cronógrafo de enormes dimensiones que incorpora una de las mayores innovaciones al servicio de la medición de tiempos cortos posibilitada por el módulo de cronógrafo. Y es que su emblemático gatillo pondrá a trabajar al mecanismo suizo G1747 de carga automática dotado de Incabloc para la absorción de los golpes que reciba la pieza, pues claro, solo de verla no dejarás de vestirla.
Conocemos la historia del Chronofighter, y a pesar de que los diseños nos siguen emocionando, las nuevas prestaciones añadidas a la caja hacen que la pieza se porte de manera cómoda sin importar las inmensas dimensiones de la caja: 47 mm, ello debido a los materiales ultraligeros empleados para la construcción de la misma: nanotubos de carbón, que además son sumamente resistentes y restan hasta 100 gramos a la totalidad de peso del aparejo.
Asimismo, el gatillo parte desde la posición de las 3 horas para ejecutar las funciones de star y stop del instrumento deportivo, no obstante si se requiere medir nuevamente se deberá pulsar en punto de las 10 horas. Continuando con la estética, su cristal de zafiro permite ver los detalles de la carátula acentuada por una trotadora en color rojo, mientras que sus índices y agujas están «bañados» de tratamiento luminiscente para garantizar su visibilidad aún en condiciones de poca luz, o nula, igualmente se presentan un par de totalizadores (60 y 15 minutos) en posición de las 3 y las 6 h respectivamente, y todo el conjunto se abraza a la muñeca gracias a una pulsera de caucho rojo que resalta la deportividad del instrumento.