Como la industria automotriz arranca el año meses antes de la finalización del inmediato anterior, también la relojería que se inspira en la industria de la automoción, y así sucede nuevamente con los renovados cronógrafos Big Bang Ferrari.
Producto de una asociación, descrita como matrimonio por Jean-Claude Biver en 2011, dicha colaboración en tecnologías, materiales y diseño se ve reflejada en estos tres nuevos bólidos para las autopistas de la precisión.
¿Cuáles son los cambios?
La caja emblemática de la línea Big Bang toma como inspiración los volúmenes y el característico diseño de los Ferrari de producción, mientras que la silueta combina una arquitectura producto del lenguaje visual de Il Cavallino con detalles que –además– son funcionales. En la carátula se puede observar un «tacómetro» inspirado en un automóvil, mientras que las agujas lucen muy similares a las encontradas en un Ferrari de producción. Asimismo la caja exhibe un equilibrio entre la sutileza, la deportividad y el balance perfecto gracias a los 6 tornillos característicos y a un bisel rediseñado con muescas avellanadas para mayor ergonomía, en cuanto a la carrura se pueden observar los pulsadores alargados cual pedales de Ferrari y una franja roja inspirada en la ranura trasera de los bólidos italianos.
El motor continúa siendo el movimiento de cronógrafo de manufactura Unico con mecanismo flyback y 72 horas de autonomía a 4 Hz, para no perder tiempo entre una medición y otra. El fondo de las tres referencias ha sido desarrollado en cristal de zafiro a fin de poder admirar una masa oscilante unidireccional que evoca al rin de los Ferrari.
Tres Ediciones limitadas (Titanio 1,000; King Gold 500 y Carbono 500), han sido propuestos en 45 mm de diámetro, mientras que las correas son de alcántara negra sobre caucho rojo o piel Schedoni en resonancia con los asientos Ferrari.