El recientemente propuesto a mejor reloj masculino del año por el Gran Prix d´Horlogerie de Genève, continúa desarrollándose gracias a su ingenioso sistema compensatorio contra la fuerza de atracción gravitatoria, pero no se ha buscado una solución convencional, sino que se utiliza la energía al máximo.
Mientras el mecanismo del tourbillon ejecuta una vuelta por segundo para garantizar la regularidad de la marcha, el micro rotor plenamente integrado utiliza esta misma energía para brindar autonomía al tren de engranajes. El nombre de cada una de estas piezas ha sido determinado gracias al color de los metales en los cuales se encuentra realizada la caja: “Fuego” para el guardatiempos de oro rosa y “Agua” para la versión en acero; “Aire” utilizando el titanio y “Tierra”, que corresponde al acero con tratamiento PVD.
La pieza cuenta con un diámetro de 43.4 mm y está fabricada en titanio, acero, oro rosa o acero y PVD, mientras que al interior late un calibre automático ATM13 a una frecuencia de 18,000 a/h, cuenta con 197 componentes y resulta hermético hasta 50 metros. Las funciones corresponden a la indicación de las horas, minutos y un pequeño segundero, mientras que el tourbillon se exhibe a las 9 h, pero sin duda lo más impresionante que nos ofrece es una reserva de marcha de hasta 110 horas mediante un solo barrilete.