El romance que la marca alemana sostiene con la Luna nos lleva al capítulo tres, y así como la legitimidad de algunas manufacturas la llevan al mundo ecuestre, al deporte blanco del tenis, a asociaciones con automóviles, al baloncesto, etc. Para A.Lange & Söhne, la majestuosidad Lunar es imprescindible en sus colecciones, siendo una de las Casas de relojería que ostentan el mayor número de calibres (en promedio de su producción total) con la indicación de las fases de la Luna de manera precisa y preciosa, artesanal pues…
El satélite natural de la Tierra, es motivo de investigación y de homenaje para la familia Lange, puntualmente para Walter, que recomenzara el camino trazado por Ferdinand A. Lange en 1845. Pero la historia y la cercanía aparente de la Luna con la Tierra, nos trae fragmentos de ésta prácticamente cada año, siendo el exhibido en la localidad sajona de Freiberg, uno de los más interesantes hasta la fecha, y motivo de una sesión fotográfica entre las piezas de horología de Lange y este tipo de minerales espaciales.
Asimismo, el astrónomo y cartógrafo Wilhelm Gotthelf Lohrmann, mantuvo estudios con respecto al astro desde Dresde, y en 1824 publicó sus primeros mapas, a los cuales titiló «Topografía de la superficie visible de la Tierra», esto mucho antes de la conquista del hombre sobre la superficie Lunar en 1969, Lohrmann fue también uno de los profesores de Ferdinand. A. Lange, dibujando 25 mapas de la Luna.
Igualmente, Joseph J. von Littrow, Director del Real Observatorio Imperial en Viena, expresaba ese deseo en “Las maravillas de los cielos”, un libro que escribió en 1834. Aunque no estaba completamente conciente de la dificultades para realizar tal viaje:
“Podríamos mejorar su conocimiento si tuvieramos la oportunidad de viajar a la Luna y examinarla de cerca. Pero desde nuestros conocimientos, ninguna persona se ha embarcado en un viaje tan distante, debemos considerar primero la posibilidad de que alguien de nuestro entorno, al menos en el futuro, pueda cumplir con éxito una empresa de este tipo. Ante todo, la distancia entre nosotros y la Luna es demasiado grande aunque este sea el cuerpo celeste más próximo, y a menos que alguien con una paciencia y una perseverancia particulares de un paso adelante, debería ser mejor para todos quedarnos en casa”.
Finalmente, el 20 de julio de 1969, el hombre llega a la Luna y pudo recabar información de este satélite que circunda la Tierra y causa efecto en la vida diaria del ser humano, pero también, debemos apuntar que uno de los meteoritos Lunares más espectaculares fue descubierto en Libia y pesa 1500 gramos, mientras que un fragmento de éste se exhibe en la colección «Minerales Terrestres» de Freiberg, ubicado en Sajonia.