La Maison originaria del pequeño pueblo del Jura suizo, La Côte-aux-Fées, además de hacer alta relojería, reconocida por sus ultraplanos, es también una experta en la creación de joyas, esos elementos que tienen el poder de enamorarnos a primera vista.
Un dato a destacar, es que desde hace ya varios años, Piaget mantiene un compromiso ético y medioambiental muy riguroso, y cada piedra preciosa central se entrega con su certificado. Además de únicamente utilizar los diamantes que estén en conformidad con el Proceso de Kimberly.
En esta ocasión se llena de colores y brillo gracias a las piedras preciosas, en particular dos esmeraldas, una en talla cabujón y la otra en talla cojín, con más de 25 quilates entre ambas, y un rubí grabado de más de 20 quilates, y un zafiro de talla cojín de 20,2 quilates. Así como gracias a las piedras duras: turquesa, ópalo, corazón de rubí, jade, ónice y lapislázuli.
Le comparto estas imágenes, para que como yo, quede fascinada con las piezas: