Berger Joyeros nos presenta una bella colección cargada de tradiciones joyeras y esotéricas.
Uno de los legados más importantes de la joyería en el mundo lo tiene la India, y los diamantes fueron protagonistas de muchas de estas creaciones principalmente porque les conferían poderes. Eran utilizados como talismanes o como íconos religiosos.
Gran parte de estos famosos diamantes hindúes lucen el rose cut, un corte antiguo de facetas irregulares gracias al cual se podía conservar el peso del diamante, motivo por el cual su pulido era muy limitado e impreciso.
La talla rose cut se remonta a principios del siglo XVI y continuó evolucionando hasta el siglo pasado. Actualmente el rose cut básico consiste en 12 o 24 facetas triangulares simétricamente distribuidas sobre una base plana que asemeja un capullo de rosa; aunque algunas variaciones incluyen el corte briolette (oval); antwerp rose (hexagonal) y doble dutch rose (asemejando dos rose cut unidos).
Su nueva interpretación
Este corte hindú ha renacido y se ha consolidado como una tendencia actual en la joyería, y Berger Joyeros –siempre a la vanguardia–, la trae a México a través de una serie de piezas dignas de cualquier maharaní: la colección Bindi.
Compuesta por pendientes, anillo, brazalete y pendantiff de diamantes rose cut, briolette y brillantes montados sobre oro blanco, en esta colección los destellos circulares y siluetas punteadas han sido inspirados en el bindi, que en sánscrito significa, “pequeña partícula” o “punto”. Se trata de un elemento decorativo utilizado en la Asia meridional y el sudeste asiático. Tradicionalmente es un punto de color rojo dibujado en la parte central de la frente, pero también puede portarse una joya en vez del punto.
La tradición esotérica del tantra considera al área que está entre las cejas, donde se coloca el bindi, el sexto chacra conocido también como “el tercer ojo”. Es ahí donde se aloja la sabiduría oculta, por lo tanto el bindi retiene esta energía y fortalece la intuición, la concentración y la clarividencia.