En la pasada edición de Baselworld, tuvimos la oportunidad de platicar con Coralie Charriol, hija del creador de la famosa marca, Philippe Charriol. En aquella ocasión nos reveló la fuente de inspiración que dio origen al negocio familiar:
Al realizar una visita al Museo Británico, Philippe Charriol quedó cautivado por el esfuerzo de torsión encontrado en la pieza “Snettisham Torc” el cual es un magnífico ejemplo de orfebrería celta de la temprana era de hierro.
Con la intención de rendir homenaje a este gran legado, Charriol desarrolló su propia interpretación de este antiguo diseño y lo llevó a la relojería y joyería empleando nuevas tecnologías y materiales.
Hoy, este “cable trenzado” es un diseño patentado globalmente y reconocido como sello de la marca.
La colección Celtic
Coralie Charriol, desde muy pequeña se vio inmersa en este espíritu, por ello no resulta del todo una sorpresa que sea la directora de arte de la marca y la mente responsable de la creación de las piezas joyeras. La colección, libremente inspirada en las líneas y adornos celtas, está compuesta de giros y curvas que definen el estilo único e inconfundible de Charriol.
Las pulseras y anillos que la componen están elaborados de cables de acero inoxidable y titanio (algunos de ellos con tratamientos PVD de color negro o bronce), con detalles en plata o decoraciones de acero ya sea paladio, rosas u oro de 18 quilates.